Capítulo 18

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_ No, no pude dormir. Pero voy a trabajar, no se preocupe. – ella se levantó y se fue de lado.

_ ¿Estás bien?

_ Solo un pequeño mareo.

_ ¿Cenaste anoche? – ella negó y él se levantó un poco enojado. _ ¿Cómo es posible Michelle? Vamos a desayunar, ven. – los dos salieron a la cocina, ella notó que Joel no había llegado y eso es sumamente raro. _ Desayuna antes de comenzar. Joel me llamó y me dijo que no podrá venir hoy, ¿Por qué no te quedas en la caja? Así trabajas menos.

_ Mis flores...

_ Ya les eché agua, no te preocupes por eso. – Michelle se quedó en la caja mientras las muchachas comenzaban a trabajar atendiendo a los clientes. Ella estaba preocupada por Joel, pero decidió visitarlo después de trabajar.

Edmundo está dormido y un toque en la puerta lo despierta.

_ Hijo, levántate ya. – al oír la voz de su madre se levantó rápidamente y miró a todos lados. Ya todos se habían ido, y las chicas de limpieza habían limpiado todo el desastre de anoche. _ Hijo, vayamos a desayunar. Te estamos esperando. – él se levantó y se echó un baño rápido. Se vistió y bajó. _ Buenos días dormilón. – su madre se acerca y deposita un beso en su cabello.

_ Buenos días, no esperaba que estuvieran tan pronto aquí.

_ La boda será en tres semanas hijo, así que prepárate. – abrió sus ojos y sonrió.

_ Estoy más que preparado papá, ¿Dónde será?

_ Ya hablaremos eso, vayamos a desayunar. – salieron juntos en el auto de su padre y por cosa de la vida se detienen en donde trabaja Michelle. _ Se ve cómodo el lugar. – dice el padre.

_ Tiene un hermoso ambiente, mira esas flores tan lindas que hay en la parte de adentro. – responde la madre emocionada. _ Vayamos allí, además, tiene un nombre hermoso. Cambio lagrimas por sonrisas. Sea quien sea el dueño, sabe llamar bien la atención. – Edmundo se quedó pensando si bajar o no bajar. Sus padres escogieron la mesa y se sentaron. Segundos después aparece Edmundo con su rostro agachado. Michelle lo mira desde la caja y se sorprende, el camina en dirección a la caja pero se sienta en una mesa que está cerca de ella, escogida por sus padres.

_ ¿Qué vamos a pedir? Dejemos que nuestro hijo escoja. – Michelle sonrió cuando se dio cuenta que eran sus padres.

_ Pidan ustedes, yo no tengo mucha hambre. – dijo el sonriendo.

_ Esa es la boda que lo tiene así de nervioso. – el miró a Michelle por el rabillo del ojo y ella no dejaba de mirarlo.

_ ¿Podemos hablar de eso después?

_ Por eso quisimos salir, para hablar abiertamente sobre el tema. – después que el padre escogió la comida, tocaron más el tema.

_ Sabemos que el presidente de Avon está sumamente de acuerdo en que tomes la mano de su hija después de tener una relación amorosa durante tres años. – dijo el padre sonriendo. _ Es lógico que deberían poner seriedad en lo que ambos sienten y casarse de una vez. Quedaras encargado de mi despacho.

_ Papá... – Michelle estaba escuchando todo, se dio cuenta de todas las mentiras que él les dijo.

_ No, ya no hay nada más que decir. El presidente de Avon escogió la fecha, en tres semana será la boda en quintana roo, México.

_ Habrán muchos invitados. Será cerca de la playa, como siempre quisiste hijo, por fin tu sueño se hará realidad. – el no alzaba la mirada ni decía nada al respecto.

_ Ya es hora que me des un nieto cariño. Basta de amores pasajeros que no te dejan nada bueno.

_ Buenos días señores, aquí tienen su pedido. – dijo Michelle sonriendo y colocándole la comida en la mesa. _ Espero que disfruten bastante de nuestra comida. – la señora muy amable le contestó.

_ Estoy segura que sí. Oye chica, una pregunta. – Edmundo se quedó observando a Michelle. _ ¿Quién es la dueña de todas esas flores tan lindas? – preguntó sonriendo.

_ ¡Ah! Esas flores que usted ve en cada rincón, a la salida y en la azotea, todas esas hermosas plantas son mías. Yo adoro a las flores. – la señora sonrió y se puso de pie.

_ ¡Interesante! Oye tienes este lugar súper hermoso. Date cuenta que estaba buscando un lugar para desayunar con mi familia y pasamos por aquí y desde afuera me llamó la atención, me gusta el color de tus flores, me gustaría que compartieras conmigo unas de ellas. Soy amante de las flores. – Michelle asintió sonriendo. _ ¿Trabajas aquí?

_ Sí, soy la encargada del restaurante.

_ Bueno, luego hablaremos con más tiempo. – Michelle se despidió y se sentó en la caja.

_ Así que el niño presumido se va a casar. Tanto que me decía que iba a hacerse responsable por mi embarazo y era capaz de casarse conmigo en ese mismo instante. Aparte de creído es mentiroso. Joel tenía razón, sólo quería jugar. – al cabo de unos segundos la chica que el llevó a su casa apareció delante de él sonriendo.

_ ¡Hola! ¿Ellos son tus padres?

Simplemente vivir ©️ (Completa)Where stories live. Discover now