Capítulo 19

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_ ¿Tú quién eres? – dijo el padre con su ceño fruncido.

_ Soy la novia de su hijo, mucho gusto en conocerlos.

_ ¿Novia de quién? – preguntó el padre confundido.

_ ¿Disculpa? Yo no soy tu novio, de seguro me confundes con alguien más, ni siquiera se tu nombre. No sé quién eres. – dijo Edmundo tomando un poco de su jugo. La chica se sintió humillada y bajó su rostro.

_ Señorita, por favor deje de molestar a mi hijo, si él dice que no la conoce, es porque no la conoce. Cariño, tu si tienes suerte para que te confundan en la calle. – Michelle se quedó observando como su compañera se iba a la cocina a llorar. Le dio rabia y recordó a la hermana de Sam.

_ Me imagino como se debió sentir esa chica. Ese tipo es un descarado. – Edmundo estaba un poco desesperado ya por todo lo que Michelle estaba viendo. _ Señor. – Michelle llama la atención de su jefe. _ Tengo que irme, ¿puede quedarse en la caja? – el señor se quedó mirándola fijamente a los ojos con sus ojos cristalizados. _ No se preocupe, estaré bien. Vendré antes de que cierres. Espérame. – el trago saliva con dificultad y respiró hondo.

_ Está bien, ve, mientras sea por tu bien, ve. – ella tomó sus cosas y salió. Cuando Edmundo se dio cuenta quiso seguirla, pero no podía hacerlo porque sus padres estaban allí.

_ Papá debo salir urgente, los veo en casa. – besó a su madre en la mejilla y salió corriendo detrás de Michelle, pero ella ya iba un poco lejos.

_ ¿No lo notas un poco extraño?

_ ¿Crees que esté enamorado de otra persona? – dijo su madre indecisa. El corrió detrás de ella, cuando casi la alcanzaba ella tomó el bus, aun así siguió corriendo detrás del bus y en la primera parada que hiso, subió. Ella iba mirando por la ventana perdida en sus recuerdos. Cuando ella bajó, el bajó también, entonces él se quedó observando el lugar donde la vio entrar. Frunció su ceño y negó.

_ ¿Por qué tendría ella que entrar a un lugar así? – entró al lugar y comenzó a mirar a todos lados, todo parecía sumamente extraño. _ Una persona como ella no puede estar en un lugar como este.

_ Skyler y Kaleth murieron. – escuchó que ella le dijo a un hombre.

_ Si ellas ya no están... sabemos perfectamente bien lo que eso significa.

_ Yo... yo las cuidé como si fuesen humanas, las traté como humanas, pero... pero eso no bastó. – dijo entre lágrimas.

_ Michelle... no sabes cuánto lo siento. Siento mucho no poder hacer más nada por ti. – ella comenzó a llorar aún más. Edmundo le dolía verla así, pero no podía hacer nada.

_ ¡Haz algo por favor! No me dejes morir. – Edmundo frunció el ceño y su corazón se aceleró.

_ Quisiera hacer más por ti, pero... lo siento mucho de verdad. De todas maneras tienes que venir todos estos días. Posiblemente tu jefe tenga que darte más tiempo libre, porque lo necesitas. – ella secó sus lágrimas y el chico la abrazó. – Edmundo salió corriendo del lugar antes de que ella se dé cuenta que él la siguió. Ella salió y respiró hondo, se acercó a las plantas y el jardín que hay en ese lugar.

_ Yo soy como una flor, necesito agua para vivir. Necesito líquido para estar viva. Pero, nadie me riega... nadie me riega y siento que pronto moriré. – Edmundo sonrió al verla hablando otra vez sola con una flor. Recordó el primer día entonces recordó que no puede seguir negándolo. Está enamorado de ella, completamente enamorado.

Michelle se fue caminando hasta llegar a la primera plaza y sentarse en unos de los bancos. Obviamente Edmundo fue detrás de ella. Podía notarse en su mirada la tristeza y el dolor que ya no podía esconder.

_ ¿Puedo sentarme a tu lado? – ella se sorprendió y se levantó un poco molesta.

_ ¿Qué haces aquí? ¿Me estás siguiendo? – el negó un poco serio, luego asintió.

_ Solo quería hablar contigo. Necesito hablar contigo por favor no me ignores.

_ ¿Quién iba a pensarlo? – dijo una chica extraña detrás de él. _ El mismísimo Edmundo rogándole a una mujer un minuto de su tiempo sin ser ignorado. – la chica sonrió y siguió su camino. _ El que nunca se iba a enamorar, y míralo, rogándole tiempo a una mujer que ni pendiente con él. – Michelle se quedó mirándolo a los ojos, él le sostuvo la mirada.

_ ¿Podemos hablar? – ella negó.

_ Soy yo la que tiene que hablar contigo, escúchame muy bien porque solo voy a repetir una sola vez. – dijo en un tono molesto.

_ Vas a decirme que te deje en paz y no te vuelva a buscar...

_ Eso también está incluido. Yo no sé quién carrizos es juliana, lo único que sé es que fue familia de mi amigo Joel y haberme enterado de eso me dolió el doble, no sabes cuánto. No quiero saber cómo fue que sucedió, no quiero saberlo. – su voz comenzó a quebrarse. _ ¿Por qué me mentiste? Todo este tiempo me has mentido, vas a casarte en tres semanas, ¿por eso fue que viajaste? ¡Qué imbécil! Ahora no entiendo, pero ¿Por qué me sigues buscando? ¿Qué quieres de mí? ¿Ah? ¿Quieres jugar conmigo? ¡HAZLO! ¿Quieres romperme el corazón? ¡HAZLO! Es fácil romper un corazón cuando no se trata del tuyo, es fácil lastimar a una persona que no es nada tuyo, ¡¿Quieres lastimarme?! ¡HAZLO! Rompe en mil pedazos mi corazón, hiéreme, juega conmigo, hazlo... hazlo... al fin y al cabo yo no sirvo para una mierda y al final de todo, sé que te vas a arrepentir de todo, escúchame bien, ¡te vas a arrepentir de todo lo que hayas hecho! Y por último, si vas a enamorar a varias chicas, mínimo asegúrate que no sean del mismo trabajo.

Edmundo miraba al suelo sin nada que decir.

_ Una vez sentí que estaba sintiendo cosas por ti... sin estar segura de lo que sentía me ilusioné, y sin darte cuenta ya me partiste en miles de pedazos. Me mentiste, me mentiste y nunca te lo voy a perdonar. – se dio media vuelta y antes de irse él la tomó por la mano.

_ Ahora escúchame tú a mí. Yo escuché todo lo que tenías que decirme.

_ Yo no quiero seguir escuchando tus mentiras.

_ Prometo no decir ni una más y responderte con la verdad.

_ ¿Vas a casarte?

Simplemente vivir ©️ (Completa)Where stories live. Discover now