Capítulo 19: Una Pareja Reunida

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Me desperté al sentir el olor distinto, pero agradable de la almohada y lo blanda que ésta era. Sentía, también, aún con los ojos cerrados los suaves rayos de luz que por la ventana entraban. Fui abriendo los ojos con lentitud, encontrando al momento unos azul oscuro que memorizaban con rapidez todo mi rostro. En unos de sus caminos, nuestras miradas se cruzaron, deteniéndose ahí por unos segundos.

- Buenos días - dijo apenas audible.

- Buen... día - repetí adormecida, aclarando mi vista a la luz del día.

- Oye, perdona que pregunte pero... ¿Por qué estás en mi cama? - esa simple cuestión hizo que mi mente colapsara. Me quedé por un momento pensando en que responderle y que no fuera a entenderlo de manera equivocada.

- L-Lo siento si te ha incomodado - me reincorporé en la cama, sintiendo un leve mareo y quedándome sentada en ésta - Ayer vine muy cansada, fui a verte y pues... - oh, mierda. Piensa, piensa, piensa.

- Pues... - me incitó a acabar mi frase, mirándome con curiosidad.

-...T-Te arropé... me caí al lado tuya y... me dió un bajón - excusé. Sonreí nerviosa ante su penetrante mirada, dudando en sí debía creerme o no.

- Está bien... - respondió finalmente desconfiado. Dirigí mi mirada, para disimular mi nerviosismo, hacia su reloj digital en el escritorio.

- Las siete y cinco de la mañana - murmuré, mirando atenta el cacharro que cambiaba al momento de minuto. Giré mi cuello hacia Levi, el cual parecía estar perdido en sus pensamientos, con un brazo estirado a lo largo de su almohada, ladeando su cabeza y quedando en su hombro, mientras miraba ensimismado la parte baja de mi espalda, cubierta por el uniforme - Me voy - hablé con normalidad, llamando su atención y mirándome él confundido - Deberías seguir durmiendo... Te ves cansado - aconsejé con sinceridad.

- Tú también te ves cansada - contestó con un pequeño tono de reproche.

- Eso no es verdad, te imaginas cosas - hice un gesto, restando importancia a sus palabras - Duérmete, anda - ordené sin frialdad.

- Eso va a ser complicado. Una vez que me despierto, no puedo volver a dormirme - mencionó cambiando de postura, poniendo ambas manos por debajo de su nuca.

- Pues lo intentas - rodé los ojos con un falso tono de fastidio. Él frunció el ceño, comenzando a cerrar los ojos. No pude dejar escapar una pequeña sonrisa - Te veo luego... - me levanté de la cama despacio, tomándome mi tiempo. Al estar de pie, me estiré exageradamente, alzando ambos brazos y bostezando sonoramente. Al momento, sentí como algo caía del bolsillo de mi chaqueta. Levi abrió un ojo, se movió revoltoso y cogió con cuidado el objeto.

- Toma, se te ha... - al hablar me volteé inmediatamente. Mis párpados se abrieron como platos al visualizar en la mano de Levi el envoltorio azul que en el día anterior, Jean me dió. Su mirada iba dirigida del preservativo a mí, así constantemente. Al ver como se disponía a añadir algo, se lo arrebaté de las manos, volviéndolo a guardar en mi bolsillo.

- Tengo que irme - alcé la voz alterada, empezando a correr hacia la salida.

- ¡Mocosa, esper... - dejé de escucharlo al cerrar con fuerza la puerta, huyendo hacia mi habitación.

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Arrastraba los pies por los largos y fríos pasillos, solo para llegar al club. El invierno empezaba a llegar y eso que estábamos a la mitad (tirando más para el final) del mes de noviembre. Mi cuerpo ya despertaba congelado y solo una buena ducha caliente cambiaba mi temperatura corporal.

El Arte De Amar Where stories live. Discover now