Capítulo 10: Inesperada

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Escuchaba a los pájaros piar, mi cuerpo era tapado con las finas sábanas, la almohada era como una nube blandita y suave... Así fue como desperté aquella mañana del sábado. Las persianas estaban levemente abiertas dejando solo colarse a los pequeños rayos solares por los agujeros de éstas. Mis ojos estaban cerrados pero sabía perfectamente donde estaba, en la cama de Levi.

Con pereza los abrí, observando la ordenada habitación. La puerta se abrió lentamente, dejando entrar a Levi con una toalla entre su cuello y el pelo mojado. Me miró, inmediatamente se acercó a mí.

- Buenas días... - se sentó en el borde de la cama. Yo observaba todos sus pasos -¿Estas mejor? - con esa pregunta todo lo acontecido de la noche pasada vino a mí. Lo de Jean....me dejó algo aturdida, no me esperaba...eso, sinceramente. Y tampoco sabía el por qué de mis pequeñas lágrimas si en realidad no me importaba lo que iba a hacer, solo quería que me devolviera mi ropa interior - Mocosa,¿me estás escuchando? - tenía su ceño fruncido. Me incorporé, sentándome.

-¿Qué decías? - pregunté restregando mis ojos.

- Que si estás bien, estúpida - rodó sus ojos.

- Supongo que estoy bien - bajé la mirada, sentir sus fríos ojos en mí hacían que de una extraña manera me intimidara. Tenía su mano apoyada en el colchón, pude visualizar en los nudillos de sus dedos un extraño color rojizo....

-¿Estás segura de qué estás bien? - volvió a preguntar.

- Sí... - respondí susurrando, miraba su mano intentando buscar otra pista de cómo se pudo haber hecho eso. Creo que se dió cuenta ya que la quitó rápidamente. Ante su acción lo volví a mirar.

-¿Qué tanto miras? - preguntó molesto.

-¿Cómo te has hecho eso? - le cogí la mano y examiné cada parte de ella, no pude averiguar mucho porque de inmediato tiró de ella.

- Eso no importa.... - se levantó de la cama - Toma, aquí tienes ropa... Sasha me la ha dado. Deberías cambiarte - me extendió mis prendas - Te dejo tu espacio - y salió de la habitación. Empecé a cambiarme en silencio, todo era muy raro...¿Por qué tiene sus manos heridas?¿Estamos solos? Desde que me he despertado no he escuchado ningún ruido fuera...¿Qué está pasando?!! Miré el reloj encima de la mesa de Levi...¿¡Las 11:30 a.m.??!! He dormido mucho, espera, hoy es sábado...ufff aquí hay algo mal. A lo mejor...¿Estoy soñando?

Ya harta de mis estúpidas preguntas, suspiré, agarrando el pomo de la puerta. Pero...nada más salir de aquella habitación, mis ojos se abrieron como platos ante tal panorama.

Sasha y Armin estaban sentados en el suelo, apoyando su cuerpo en la pared del frente y Erwin entre medio de ellos tocándole la cabeza a cada uno. En mitad del pasillo se encontraban Eren y Connie, estando entre ellos Jean, sentado de rodillas y con la cabeza agachada. Todas las miradas de los allí presentes eran dirigidas a mí, empezándome a sentir algo nerviosa.

- Buenos días... Mikasa - dijo Nanaba seria. Estaba al lado mía, apoyada en la pared con los brazos cruzados.

- Nanaba...¿Qué está pasando? - tuve el valor de preguntar, aunque por dentro estaba muy nerviosa, por fuera lo oculté poniendome seria en esta tensa situación.

- Accidentes... Mikasa... Accidentes - su mirada te penetraba el alma. Pero pude distinguir algo de dolor...

- Mikasa... - me llamó Jean en voz baja pero todos lo escuchamos -... Perdón... - alzó su cabeza mirándome a los ojos. Abrí levemente mi boca por verlo con un gran moratón en su ojo derecho y un hilillo de sangre en su labio - Perdóname por lo que... - una patada en su mejilla derecha, proporcionado por Levi, lo interrumpió. Cayendo su cara como un muñeco al suelo, hacia el lado de Eren. Tapé mi boca con la mano, el corazón palpitaba a mil por hora, comenzando a irregular mi respiración.

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