Capítulo 15: Enfermedad

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Corrí directamente hacia él, agarrándolo con fuerza de un brazo y pasando uno mío por su cintura. Detení el choque contra el suelo e hice algo de fuerza para sentarlo donde anteriormente estaba.

- O-Oye, Levi. ¿Qué te pasa?! - pregunté alarmada.

- No... No me siento muy bien, mocosa. Me duele... Bufff - regurgitó poniendo una mano sobre su boca pero no duró mucho, echando la pota en el suelo y parte de mi brazo. Era la cosa más asquerosa de todo el mundo, el espeso líquido escurría por todo mi brazo, dándome ganas de vomitar también.

- ¡ARMIN! ¡VEN, RÁPIDO! - grité para que me escuchara desde su club, al otro lado de la pared, sin respirar el olor cerca de mí. En instantes, el aludido entró en la sala con preocupación. Cuando vió la escena, su cara se volvió más pálida de lo normal y sus ojos se blanquearon, retrocediendo débilmente hacia atrás - ¡Armin no te desmayes tu también! - afirmó en silencio, tapando su nariz y con pequeñas lágrimas a punto de estallar en sus ojos - Tráeme un cubo o algo parecido - ordené. Se quedó mirándome, paralizado - ¡Muévete, Armin, joder! - rápidamente salió de la sala y por segunda vez, mi brazo se llenó de vómito - L-Levi.... - cerré mis ojos concentrándome en no imitar su acción.

Segundos más tarde, Armin apareció con un cubo y toallitas húmedas.

-¿T-Te sirv-ve e-esto? - preguntó nervioso entregándome las cosas. Ni respondí. Cogí el cubo hábilmente y lo puse entre las piernas de Levi, éste no dudo en echar todo lo que retenió en su boca. Yo acariciaba su cabeza con el brazo limpio e intentando, a la misma vez, sacar las malditas toallitas por el minúsculo agujero.

- Está ardiendo - pensé.

Bajé mis manos hacia su nuca y después las metí por debajo de su camisa. Su espalda estaba caliente y húmeda con una fina capa de sudor en ésta. Cuando acabó de echarlo todo, empecé a darle toallitas una por una para que se limpiara, él entendió el mensaje y no dudó en recibirlas. Se desabrochó los primeros botones de su camisa para restregarse la húmeda toallita por su cuello y hombros.

- Calor... calor... Tengo mucha calor... No me encuentro bien... no veo nada... - y sin más, cayó directo hacia delante. Entre los dos, lo agarramos con fuerza. ¿Qué hago? Estoy bloqueada.¿Se va a morir o ya ha muerto? Menos mal, que mi acompañante dió un resultado.

- Llevémoslo a la enfermería - respondió asqueado.

- S-Sí... - pusimos sus brazos por nuestros hombros y entre los dos lo llevamos a la enfermería.

Al entrar, pudimos observar al enfermero cosiendo tan tranquilamente pero, esa tranquilidad, duró milisegundos cuando nos vió.

- ¿Qué os ha pasado, chicos?! - se acercó a nosotros, tomó la cara de Levi entre sus manos para luego separarse y abrir, más adentro de la sala, una cortina la cual escondía una camilla - Dejadlo ahí - acatamos su orden y con rapidez lo dejamos en el colchón.

- Avisaré a Nanaba.

- Está bien. Yo me quedaré con él... - le respondí. Y así, con rápidos pasos salió, dirección a la sala de profesores.

- Lávate, pequeña. Allí en aquel grifo - me lo señaló yéndome, cuando lo localicé, como una bala. Con asco me limpié todo lo que comió Levi en el desayuno o en el día de ayer, para después, volver a su lado.

Observé al hombre que lo empezaba a tratar. Al percatarse de mi presencia, me hizo una señal para que me acercara, obedeciendo yo al instante. Me senté a un costado de la cama, en el lado opuesto del enfermero.

- Empieza a quitarle la parte de arriba, yo ahora vuelvo - de un salto se levantó, cerrando la cortina y dejándome sola con él.

-¿Eh? - miré un rato la cortina por donde pasó el hombre pero volví a la realidad cuando crucé miradas con Levi. Su respiración era sonora y me miraba desafiante. ¿Hasta enfermo me desafiaba?¿Quería de verdad que le quitara la ropa? Volvió a cerrar los ojos, añadiendo...

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