Capítulo 17: ¿Reconciliación?

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Dormí muy mal aquella noche. De un modo, Armin y yo nos quedamos durmiendo, ambos metidos en mi cama. Él podía ser una persona super cómoda y al mismo tiempo, muy incómoda para dormir. Estuvo toda la noche pegándome patadas y diciendo frases sin sentido, palabras o comenzando el abecedario. También, me abrazaba como si fuera un peluche estrujable, enredándome con sus piernas y dejándome sin respiración. Así la mayor parte de la noche.

Por la mañana, sentía una extraña brisa por mi cuerpo, intentando taparlo, busqué las sábanas con los ojos cerrados, solo movía mis brazos desorientados. Toqué el filo de éstas y tiré... el problema era que alguien ya se había apoderado de ellas. Inútilmente, seguí tirando, acabando en un lerdo movimiento en el suelo. Sentí instantáneamente el dolor en mi mejilla y lo frío del suelo. Los ojos, obviamente, los abrí al chocar pudiendo ver como salvajes gotas de agua caían en el suelo de mi habitación. Pude darme cuenta (demasiado tarde) que la ventana estaba abierta. De un salto me levanté, algo aturdida. Corrí hacia la ventana y cerré de golpe, produciendo un ruido que despertó a Armin. Me senté cansada, apoyando mi espalda en la pared y sintiendo como mi trasero humedecía.

- ¿Pasa algo? - preguntó tocando sus ojos.

- ... Nada... - contesté fastidiada.

- ¿Estás segura?! - dijo exaltado - Tienes la mejilla colorada - informó.

- Estoy bien... - la toqué mientras me levantaba, acercándome al armario - Y tu qué... ¿Estás mejor? - pregunté con sutileza buscando ropa limpia.

- Sí... bueno no, eh, sí, el caso es que he tenido momentos mejores. - cambió de posición cayendo las sábanas hasta su cadera y mirándome con tristeza.

- Siempre me tendrás a mí - le guiñé un ojo con una falsa altanería, a lo que, una corta carcajada se oyó. Intentaré animarlo de cualquier manera... Armin no se merece sentirse así - Voy a ducharme. Será mejor que salgas de mi cama.

- Prefiero dormir - cerró los ojos de forma dramática. Sonreí, dirigiéndome a la puerta - Mikasa, gracias... - eché una rápida mirada pero seguía con los ojos cerrados. No contesté saliendo de la habitación.

Al acabar mi agradable ducha, ya vestida bajé para ver a Levi. Ya ni siquiera llamaba a la puerta antes de entrar, solo tomaba el pomo y fin. Me choqué con alguien mientras entraba. Era Hanji.

- Oh, buenos días Hanji - saludé sonriente. No hemos hablado mucho estos días, tuvimos una pequeña discusión antes de saber de la salud de Levi, pero pudimos arreglarlo. Por lo visto, su club tiene antes de Navidad las pruebas para ir a una universidad y eso hizo que ambos (tanto Hanji como Erwin) estuvieran últimamente más nerviosos.

- Buenos días - me devolvió la sonrisa, apoyando su codo en el umbral de la puerta - ¿Necesitas algo? - preguntó con el mismo tono.

- Pasar - encogí los hombros - Necesito ver a Levi.

- ¿Necesitas? - dijo en un tono pícaro.

- Eh... sí. Así que quítate por favor - intenté pasar por algún hueco pero fue inútil, todos los tapaba. Me estaba empezando a impacientar.

- Es que en estos momentos Levi no te necesita - me cogió con firmeza de los hombros, retirándome de la puerta y arrastrándome con ella. Esas palabras dolieron - Me he despertado con un hambre voraz, desayunemos juntas, ¿vale?

- Oye... Espera Hanji - intentaba zafarme de su agarre pero al no ver escapatoria me dejé guiar - Uff... está bien - accedí rendida.

Ella solo sonrió triunfadora. Desayunamos, está vez, en compañía de todos. Tiempo después bajó Armin con tranquilidad, saludándonos. Lo hizo muy bien, sentí que nadie sospechó de su actitud, ni siquiera Eren preguntó por su cita de ayer. Los únicos ausentes en la sala eran Erwin y Levi... Sinceramente, la duda de no dejarme entrar me carcomía por dentro, pero tendría que dejarlo para otro momento.

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