Capítulo 13: Promesa

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Las cosas empezaron a mejorar a partir del viernes. Me sentía más cercana a las personas de mi alrededor y aunque, en un principio, ya venía totalmente mentalizada para cualquier sufrimiento social, me alegré de haber encajado tan bien en este grupo de personas algo... peculiares.

Nos tiramos todo el fin de semana idealizando un plan para aquellas estúpidas personas que agredieron a Sasha, teniendo en el punto de mira a Farlan, quien sabíamos ya, cien por cien era el principal culpable. Algunos contactos de Hanji... o más bien, Moblith, fiel compañero y su subordinado, estuvo vigilando cada movimiento de éste. Averiguando (no sé como) que Farlan fue el primer sujeto en sacar ficha...

- Vale...¿Cómo "atacamos" ? En la fiesta, todo el mundo irá disfrazado,¿no?¿Cómo sabemos quién es Farlan? - pregunté, sentada en el suelo, cruzándome de brazos.

- Buena pregunta... - contestó Hanji con un lápiz en su mano.

- Podemos.... no... ¡Ah, ya sé! A lo mejor va... aggg... ni idea - comentó Sasha tirándose a su cama.

- Si queremos pillarlo por sorpresa, debemos saber antes como va a ir y pasar de desapercibida para él - dije.

- Alguna de nosotras... Puede dejarse cazar, es decir, llamar su atención "inconscientemente" y dejar que él empiece - propuso Hanji.

-!Me parece buena idea! - afirmó Sasha con entusiasmo. De inmediato, las dos me miraron, incitándome a responder. El silencio reinó en aquel cuarto desordenado y con un leve olor a comida.

- Vale.... - acabé diciendo. Las pude ver cómo chocaban sus manos.

- Pues perfecto... Mikasa, tú harás de esa persona que llame la atención - me guiñó un ojo Hanji.

-¿Por qué yo?!

- Porque sí... - dijeron al unísono, mirándose segundos después y finalmente, echando una de sus contagiosas carcajadas.

- Malditas... - me quejé a regañadientes.

-Ah Mikasa... Le comenté al jefe que quieres trabajar - dijo Sasha cuando se tranquilizó.

-¿Y qué te dijo? - pregunté curiosa.

- Dice que mañana vayas, sobre las cinco justas. Si llegas tarde, te vas. Es un hombre muy majo pero muy respetuoso con el tiempo.

- Entiendo...

-¿Yo puedo ir? - dijo divertida Hanji, levantándose del suelo.

- Tú no - comentó Sasha, su tono pudo sonar hasta amenazante -¿Recuerdas la última vez que fuiste?

- Jejejeje...

-¿Qué pasó? - pregunté.

- Solo diré que la cocina parecía una bañera... y miles de cristales estaban tirados por todo el suelo. Costó mucho dinero reparar todo... - Oh, vaya. A Sasha se le sombreó la mirada.

- Qué exagerada eres, Sasha - se tapó los oídos - No tienes ni idea lo que me hizo sufrir mi hermana... - suspiró.

-¡La que no tiene ni idea de lo mal que lo pasamos fuimos nosotros! - le reprochó.

- Si... Vale, vale... - hizo un gesto con su mano, rindiéndose - El martes iré a por los disfraces. Os vais a quedar con la boca abierta cuando los veáis. Ah, y lo siento, te tocó el más llamativo, Mikasa - salió con una gran sonrisa y cerró la puerta lentamente.

- Oye, Mikasa... - habló Sasha cuando nos quedamos solas - Muchas gracias... por tomaros tantas molestias conmigo. Definitivamente, intentaré olvidarlo...

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