Capítulo 8: Sonrisa

220 34 11
                                    

Después de una larga semana, el viernes llegó. No tenía nada planeado, me quedaría en mi habitación todo el día, durmiendo obviamente. Pero mis tardes tranquilas acabaron cuando entré por aquella puerta. Si no era Hanji para acompañarla a algún lugar era Armin para dibujarme. De momento, todo estaba tranquilo. Bajé las persianas y me tapé con las suaves sábanas de mi cama. Cerré los ojos sonriendo, suponiendo que todos estaban ocupados. Hasta que escuché toques en la puerta, al principio me sobresalté un poco sin cambiar de posición pero después empezaron a ser más y más fuertes.¿Quién coño era? Puse las sábanas por encima de mi cabeza, tarde o temprano iban a parar de darle a la maldita puerta. Sentí como entraron a mi habitación, sin mi consentimiento subieron las persianas. Me sentía observada, el ser hallado de pie en el lado de mi cama me miraba, creo... pero no me moví seguía con la teoría de que se iría, hasta que sentí un fuerte tirón, arrebatándome las sábanas. Eso me enfadó mucho, vaya falta de respeto de verdad. Furiosa me giré, encontrando unos fríos ojos que me miraban con rabia, daba escalofríos.

-¿Qué haces.... un viernes en la cama? - preguntó.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Arrastraba los pies por los anchos pasillos del centro comercial mientras maldecía al enano, detrás de él.

- Te estoy oyendo, mocosa - dijo dándome la espalda.

- Me da igual - aunque no me estuviera mirando, yo lo mataba con la mirada - Sigo sin entender por qué he tenido que acompañarte. Además entraste en mi hábitad natural sin mi permiso - me crucé de brazos.

- Sí, sí perdón, perdón - decía buscando algo.

-¡Ni siquiera lo estás diciendo de corazón! - alcé la voz señalándolo - ¿¡Qué hubiera pasado si me encontrabas vistiéndome o desnuda?! - Levi se giró hacia mí, indiferente.

- Pues te hubiera visto y... - miró el techo, pensativo.

-¿Y...?

- No sé. Nunca te he visto desnuda así que no sé lo que pensaría - dijo sin más. Bajé los hombros y mi cabeza en forma de derrota. Suspiré. De reojo lo ví andar, así que arrastré los pies y lo seguí.

Seguimos andando durante un buen rato, esta vez me distraída mirando los escaparates de las tiendas pero nada llamaba mi atención. Dirigiendo mi vista a los maniquíes, sin querer me choqué contra la espalda de Levi, quejándome un poco, a lo que él pronunció un...

- Tsk... - ladeó su cabeza - Mira por dónde vas, mocosa.

- Claro capitán - dije con sarcasmo. Él bufó.

- Ya hemos llegado - señaló la tienda.¿Qué era este lugar?¿Una floristería?

- No sabía que te gustaba alguien - dije sin importancia mirando el exterior de la tienda. Al sentirme observada, me encontré con un pequeño tic en el ojo derecho de Levi y la mandíbula levemente apretada, de repente relajó su cara, mandándome una tranquila sonrisa.

- Son para Erwin. Somos pareja desde hace dos años - abrí mis ojos sorprendida y casi me atraganto con mi propia saliva - Estamos muy felices juntos y hasta en un futuro he deseado tener hijos con él - juntó sus manos y subió su pierna derecha, sin quitar esa escalofriante sonrisa de enamorado. Yo lo miraba impactada. Hasta el tono de voz le cambió, había dicho cosas tan cursis que me dió hasta escalofríos.

- Ehm... Me alegro por vosotros, supongo - dije extrañada. No estaba en contra de esto, ni mucho menos. Pienso que el amor son sentimientos y da igual el sexo que ames, mientras tú seas feliz no hay problema. Pero no lo esperaba de Levi.¿No lo esperaba?¿Qué esperaba entonces?... Después me acordé de Hanji, pobre chica, la compadezco.

El Arte De Amar Where stories live. Discover now