Capítulo 11: Problemas

180 33 6
                                    

Mi respiración empezó a normalizarse, poco a poco. Aún así, aquella carta seguía perturbando mi amplia mente. Perdí la cuenta de las veces que jugué con la carta entre mis manos. Miles de planes disparatados se acumulaban, proporcionándome un leve dolor en la cabeza.

- Deja de pensar tanto, estúpida. Papá no vendría... No le importas, es imposible que venga a visitarte - pensé.

Convencida ante mi pensamiento, abrí ágilmente la carta acompañado todavía del gran nudo en mi garganta, haciéndome carraspear. Un peculiar brillo se apoderaron de mis ojos, encontrando la paz absoluta al empezar a leer la primera frase:

"Querida señorita Mikasa:
Soy Daniel... Sabes que no soy bueno para estas cosas ya que nunca sé por donde empezar.
Perdóname, señorita, seguramente la habré alarmado al saber la dirección de este papel. Mil disculpas.
Le escribo para avisarla de que no recibirá más dinero por parte de su padre. Al enterarse de que usted no da señales de vida y que lleva un mes sin llamar ni nada, se enfadó mucho, diciendo las siguientes palabras:
~No le daré nada a aquella perra de mierda. ~
Con esto dicho anuló unos de tus principales beneficios. A partir de ahora, tendrá que averiguarse usted misma la vida, le aconsejo trabajar en algún lugar a medio tiempo y ojalá que tenga mucha suerte.
Con lo curiosa que es, se estará preguntando por qué le escribo una carta, esto es debido a las situaciones vividas actualmente en su casa. Soy el guardaespaldas de su padre y lo respeto con total seguridad, lo negativo de esto es una nueva norma que ha puesto: No poder utilizar los teléfonos móviles. Y como estoy a su servicio total no tengo otra opción, menos los fines de semana.
Le aconsejo que no intente localizarme por aparatos tecnológicos, tendrá que ser todo por papel. Y si quiere escribirme, mande la carta a la dirección de mi pareja, que usted sabe perfectamente...

Espero que le estén yendo las cosas como planeó antes de marcharse y que hayas vuelto a conseguir amistades y esta vez mejores y seguras... Por no hablar del amor, aunque eso lo charlaremos en otro momento.

Le envío muchos saludos, besos y abrazos por parte de todos nosotros. Que nunca se le olvide que en este lugar parecido al infierno, que también la esperamos...

Daniel.

Posdata: Se me ha olvidado preguntarle...¿Está bien?¿Como lleva eso?"

Al acabar de leerla, una gran sensación de alivio inundó todo mi cuerpo. Retrocedí con mi trasero hasta la pared, apoyándome en ésta. Suspiré volviendo a leer la carta, por si había más información o algo.

- Gracias, Daniel - murmuré para mí, colocando mi mano en la frente y cerrando los ojos.

- Vale, tengo que buscar algún trabajo, Daniel por fin conquistó al amor de su vida y mi padre sigue siendo el mismo capullo de siempre... Vale, lo voy a tener todo controlado. Tú, Mikasa, estás estudiando tienes que seguir haciendo lo que más te gusta. Además, estás MUY BIEN con tu cuerpo, no tienes ningún rasguño...no tienes...ni uno... - pensé.

Volví a suspirar con los ojos cerrados, arropándome inconscientemente un gran sentimiento de melancolía y nostalgia. Tengo que admitir, que echo un poco de menos a Daniel y los otros. Abrí los ojos al escuchar la madera crujir, viendo en los ojos de Levi algo de preocupación. Tenía su pierna derecha más adelante que la izquierda, dirigida a mi dirección. Lo volví a mirar, esta vez me miraba con su típica mirada fría e indiferente, con una línea recta en sus labios. Retrocedió su pierna, se giró hacia al lado, bufó y se fue lo más rápido posible hacia el salón.

Aquello me dejó algo confundida...¿Cuáles eran sus intenciones?
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

El Arte De Amar Where stories live. Discover now