Trouble

{ N U E V E }

Agust estaba cansado de gritarles a aquellos chicos, salieron corriendo en cuanto se dio cuenta de su presencia, estaba harto, le molestaba la cuerda y su cabeza daba muchas vueltas, estaba desesperado por salir de ahí, de su mente no podía sacar a JungKook llorando por lo que necesitaba.

No podía desaparecer de esa manera si estaba mal su pequeño. No sabía cuanto tiempo había pasado y ya se había quedado dormido muchas veces. Sus párpados caían solos y aunque estaba entrenado para no dormir por días incluso, no había evitado que cayera en un profundo sueño.

Su estómago gruñía y su cabeza daba vueltas pero eso no lo detuvo de luchar, siguió intentando salir de ahí, sin exito, claro esta.

No tenía nada a la mano mas que ese colchón viejo y a lo lejos, del otro lado de la habitación en realidad, había una tabla de madera recargada en uno de los estantes. Todo estaba lleno de polvo y comenzaba a molestarle.

Tenía tantas razones para salir de ahí pero ni siquiera el culpable de su secuestro había aparecido en mucho tiempo. Había escuchado la puerta, principal suponía él, abrirse y cerrarse mas de diez veces. Habían estado aquellos chicos husmeando mas de una vez y escuchaba los pasos apresurados de ambos cuando una voz algo ronca resonaba en el lugar.

En su cabeza solo estaban los pensamientos de lo fracasado que llegó a ser solo por distraerse con un hermoso chico y recordó a su vieja abuela decirle: "Los amoríos distraen a las personas en sus objetivos".

Tenía tanta razón.

Sentía que era mejor matarse con la cuerda que lo apresaba. Podía ejercer toda la fuerza que pudiera hasta romperse a la mitad por la resistencia que tenía en su cuerpo.

Imaginó la escena, él tirando su torso hacia adelante con toda su fuerza, hasta sentir el escozor en su piel, sin importar todo el dolor que sufriría, lo aguantaría por escapar de las barbaridades que estaban preparando o preparadas para él en ese lugar.

Llegaría a tal punto de su fuerza hasta cortarse la piel en su abdomen, además de sus brazos. Imaginaba la escena exacta y lo bien que se sentiría cuando el chico bonito entrara viéndolo así, partido en dos por el mismo y la cuerda que lo apresaba.

Pero no podía. No podía cuando no dejaba de pensar en su misión que aunque eso fuera una distracción, sabia que podría salir de ahí, además de no poder sacar de su mente aquellos ojitos tristes que lo miraban suplicante. Se había esforzado por cuidar al mocoso y salvarlo como para que todo se vaya por la borda.

Se había esforzado mucho por darse a conocer y ser el mejor asesino, tenía que salir de esa.