‹ ᴇxᴛʀᴀ ɪɪ | El Inicio y el Final ›

180K 9.5K 4.1K
                                    

Hey~ ¡¿Hay alguien aquí con vida?! Xd

Les traje este extra, porque me nació. So, espero que lo gozen(?

ADVERTENCIA: ESTO QUE SUCEDERÁ ACÁ, ES ALGÚN TIPO DE "Si Lucía hubiese tenido otra personalidad". La historia original ya está terminada (la segunda temporada, jé) Este es el comienzo de Vendida a un "Playboy", uno diferente.

[...]

—¿Te gustan las fiestas? —dijo de la nada.

      —No salgo mucho —respondí cortante. No le iba a decir que, nunca he ido a una fiesta que no sea los cumpleaños de de las niñas en donde crecí. No.

      Ella soltó una risita burlona que no me agradó mucho y pudo notarlo.

     —Está bien —dijo—. Lo siento, pero para recompensarte, te llevaré a una fiestota, así que ponte bonita, porque no olvidarás lo que pasará esta noche nunca —resaltó esa última palabra y debo admitir que me dieron escalofríos.

      Había algo. Tenía un presentimiento, no podría estar segura si era bueno o era malo; sólo estaba ahí.

     —No quiero ir —dije, y ella se sobresaltó.

     —No seas así, vamos.

     —No.

     —Era para disculparme.

     —No es necesario.

     Se posicionó frente a mí.

     —Me da miedo ir sola, por favor —La observé unos segundos.

     —Entonces no vayas —respondí con simpleza.

     —Por favor, te lo suplico.

     Suspiré y negué.

     —No, no quiero. Si tanto miedo te da, no vayas. Sencillo.

     Le di la espalda y comencé a preguntarme dónde habrá quedado mi celular. Y entonces, de repente, un fuerte golpe en mi cabeza me hizo caer con brusquedad al suelo.

     —Pero qué...

     Sentía un líquido caliente en mi piel, en una zona que palpitaba debido al impacto. Levanté la vista, ella me veía con una sonrisa que sólo causó terror en mí. En sus manos, fuertemente sujetaba un bate de béisbol.

     —Esto no tendría que haber pasado si tan sólo hubieses aceptado por las buenas.

     Dicho ello, otro fuerte golpe llegó a mí, y poco después, solamente oscuridad.

[...]

     Cuando desperté, estaba rodeada de cinco personas, atada, tenía puestas unas gafas oscuras y además de ello, vestía un diminuto vestido.

       Ah, me faltaba algo más: Estábamos en la fiestota.

      —Oye, no está mal... te pagarán muy bien.

      —¿A qué te refieres? —pregunté rápidamente. A pesar de que ya tenía una pista de la respuesta.

      —¿No sabes? Oh, cierto es lo obvio —dijo con burla reflejada en su voz.

Vendida A Un Playboy © | Libro 1&2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora