02

471K 28.1K 18.3K
                                    

Vámonosdijo.

🔸🔸🔸

Estaba inmersa en mis pensamientos: ¿Por qué me pasaba esto? He hecho cosas malas, lo sé, pero ¿merezco esto?

     No, nadie lo merece.

     Me dejé llevar y seguí pensando.

     Él era atractivo sin duda, pero... eso no suavizaba la situación; seguía siendo terrible. ¿Me estaba ayudando? O, ¿me iba a hacer daño?

     Nos detuvimos.

     —Espera aquí —Me soltó—. Pide lo que quieras ahí —Me señaló a un hombre de edad media que se encontraba rodeado de bebidas. Luego añadió—: Excepto ayuda. No trates de huir... Ni siquiera pienses en ello —Me quedé mirándolo, reteniendo el aliento por unos segundos, mientras se iba...

     ¡Estúpida, escapa!

     Y entonces recordé sus palabras. El tono de su voz... El cómo habían estado los demás cuando les brindó una sola mirada.

     Volteé y, tragando saliva, empecé a caminar hacia donde Nicolás me había señalado. Me senté pronto, esperando, temblando, que me atendieran.

     Porque, el barman estaba ocupado, ocupado hablando alegremente con chicas. Un momento después me di cuenta de que estaban coqueteándose.

     Habían pasado cerca de cinco minutos y yo ya me estaba desesperando más; ¡moría de sed! y bueno, también de hambre —pero nadie lo debe saber—. Me levanté con el pensamiento de ir a buscar al chico que... pagó por mí.

     ¿Para que haga qué?

     Esa pregunta surgió de manera inmediata. Imágenes aterradoras pasaron por mi mente de repente, causando que me abrazara a mí misma.

     —El susto me está haciendo pensar lo peor —musité—. Quizá-

     ¿Qué, si lo peor es la verdad?

     ¿Qué, si todo horrible que se reproducía en mi cabeza sería lo que sucedería en un futuro cercano?

     Dios.

     Jadeé, ruidosamente. Moví varias veces mi cabeza como intento de despertar, y miré hacia abajo, a mis manos juntas, aquellas que temblaban. No, no. Ten fe de que esto terminará bien. Un mal comienzo no significaba que también el final lo será, ¿verdad? Levanté la vista y pegué un respingo; no me había percatado de que, ahora, el hombre que atendía allí se encontraba frente a mí.

     —Lo siento por tardar tanto, hermosa —Me guiñó un ojo—. Me encontraba hablando de negocios con las chicas de allá —Las señaló y volvió a girarse hacia mí—. ¿Qué deseas? —Me mira sonriendo y, de arriba hacia abajo.

     Incómodo.

    Medité unos segundos, ignorando su mirada y también que todo lo que se veía ahí de seguro contenía alcohol.

     Realmente nunca he bebido alcohol.

     —Agua —Sonreí, lo menos tenso que podía. El tipo se me quedó viendo por unos segundos, esperando que quizá fuera broma, pero no, no era broma, de verdad tenía sed.

     Se encaminó a traerme mi valiosa agua, yo siguiéndole con la mirada, claro... Hasta que sentí que mi estómago hizo un movimiento, pidiéndome, suplicándome comida.

Vendida A Un Playboy © | Libro 1&2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora