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Su corazón palpitaba con fuerza dentro de su pecho, el aire se sentía pesado y sus ojos picaban cada vez más. El calor era sofocante y, sin poder evitarlo, los recuerdos tormentosos del pasado volvieron a ella...

     Pero, no sería salvada.

     —¡Ethan! —Partes del techo caían frente a sus ojos. Caían... cerca de ella—. ¡Ethan! —Lo buscó otra vez. Su cuerpo comenzaba a sudar y el aire iniciaba a faltarle—. ¡Ethan! —Las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas al no recibir respuesta, sin embargo, se adentró más—¡Ethan!

     Una gran parte de la pared cayó, casi atrapándola. Casi atrapándola.

     —¡Ethan! —Su garganta dolía de tanto gritar su nombre, pero estaba bien, su bebé estaba en algún lado, asustado. No podía preocuparse por ella—. No me voy a rendir —dijo aún en llanto—. No —Tomó una bocanada de aire—. ¡Ethan! —Tosió, el humo aumentaba en sus pulmones—. ¡Mi amor, mami está aquí!

      —¡Mami!

     Sin esperar más, corrió a la dirección de la cual provenía la voz.

      —Estoy aquí —Se apegó a él y le quitó la manta sólo para revisar su estado—. Estoy aquí, mi amor.

      Ethan la abrazó, sus ojos azules con toques verdes estaban llorosos.

     —Mami, la casa boom y-y yo...

     —Lo sé, tranquilo, saldremos de aquí.

     Sus pequeñas manitas temblaban, al igual que sus labios.

     —Mi amor, mírame.

     Pero él observaba a su alrededor con pánico.

     —La casa boom, mami, la casa...

     —Ethan, mírame —ordenó, y Ethan posó sus ojitos brillantes en ella.

     —Mami... —hipó.

     —Confía en mí.

     —Pero... —Las lágrimas bajaban gruesas por sus mejillas. Lucía le sonrió, y limpió de éstas.

     —Todo va a estar bien, cariño.

     —¿Lo-lo prometes? —cuestionó temblando, ignorando el caos alrededor y mirando sólo a su madre.

     —Mamá lo promete —Besó su mejilla—. Vuelve a ponerte tu manta.

     —¿O-otra vez?

     —Sí, mi amor, otra vez —Lo hizo y Lucía lo cargó—. Te amo.

     —También yo, mami.

🔸🔸🔸

Después de un tiempo que bien Liliana podría describir como una eternidad, la vio.

    —¡Lucía! —Liliana corrió hacia ellos—. ¡Oh, por Dios!

     Lucía bajó a Ethan y besó su mejilla.

     —Te amo.

     —¿Lucía? —Se acercó más a ella—. ¿Estás bie-

     Y entonces, se desplomó.

     —¡Lucía!

     —¿Qué le pasó? —Trató de verla más de cerca, pero Liliana lo evitaba—. ¡Déjame con mi mami!

     —Ella está bien —dijo, más para sí que para él.

Vendida A Un Playboy © | Libro 1&2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora