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[Días después]

—Estoy cansada —dijo Natalia, observándose disimuladamente en el espejo.

     —Sabes que el trabajo inició hace unas horas —Sandra palmeó su hombro suavemente y luego puso su mirada en Lucía, quien parecía... desconectada del mundo—. ¿Qué pasó?

     Ésta no le prestó atención, porque estaba metida en sus pensamientos.

     —¡Lucía! —gritaron esta vez Natalia y Sandra al unísono; la nombrada pegó un respingo en su lugar, las observó y dio un largo suspiro.

     —¿Qué? —preguntó.

     Sus compañeras la vieron raro.

     —¿Qué te pasa, Lucy?

     —Nada.

     —Estás mintiendo.

     Lucía se levantó de golpe y ambas la miraron confundidas.

     —Yo... iré al baño.

     —Te acompa-

     —Sola —le cortó.

     —Estás muy extraña —comentó, a lo que Sandra estuvo de acuerdo con un asentamiento.

    —Volveré pronto.

     A pasos apresurados caminó hasta el baño, se adentró y se recostó en la puerta. Quería estar sola, porque... Una lágrima se deslizó por su mejilla.

[Esa misma mañana]

     —Señorita King, la necesitan en la sala número dos.

     La aludida miró confundida a todos en el entorno y, sin decir nada, se levantó para ir al lugar indicado. Al llegar suspiró, relajándose, abrió la puerta.

     —Permiso —dijo, caminando al interior de la sala—. Buenos días, ¿me ha solicitado?

     La mujer la observó de pies a cabeza e hizo una mueca de asco.

      —Desgraciadamente sí —murmuró, abandonando el documento que estudiaba al prontamente ponerse de pie, y avanzar hasta posicionarse a poca distancia.

     La menor no se inmutó.

     —Lucía... King, ¿no?

     Soltó el nombre como si fuera un insulto.

     La aludida contestó:

     —Sí, señora.

     —Cierra la puerta.

      Lucía la miró con confusión, y luego hizo lo que le ordenó.

     El silencio que siguió... se prolongó. Eso fue hasta que finalmente la mayor decidió darle fin al decir:

     —Sabes quién soy, ¿cierto?

     Asintió en respuesta, y agregó:

      —Es quien se encargaba de la empresa.

     —Tienes un punto.

Vendida A Un Playboy © | Libro 1&2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora