Vendida A Un Playboy © | Libro 1&2

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Se quitó el casco, abrí mis ojos y quitó la mano de mi boca.

No pude articular palabra alguna; sonrió ladino y me besó.

🔸🔸🔸

Abrí mis ojos sorprendida, pero acto seguido los cerré y comencé a seguirle el beso. No duró demasiado. Él se separó.

     Creo ya puedo besar bien.

     Creo.

     Me miró fijamente a los ojos y yo sentía que el corazón se me salía del pecho. Aclarándome la garganta, dije:

     —Me apretaste la nalga.

     —Lo siento.

     Asentí, y volteé hacia otro lado. Me tomó de la barbilla y me hizo mirarlo.

     —Te extrañé.

     ¿Y ahora cómo hago para que no se dé cuenta de que estoy gritando internamente?

     —Yo... yo también —admití. Miró fugazmente mis labios y después volvió a mis ojos. Comenzó a acercarse nuevamente a mi boca, hasta que...

     —Lucía, ya-

     Rayos.

     Era Carlos.

     Me di cuenta de la posición en la que estamos Nicolás y yo, así que traté de levantarme.

     Traté, porque Nicolás me lo impidió; lo miré confundida, pero me ignoró y observó a su primo.

     —¡Primo! —Carlos sonrió, Nicolás se mantenía serio—, ¿cómo te fue en el viaje ese a... —se interrumpió—. Olvidé el nombre.

     ¿Qué viaje?

     Miré a Nicolás nuevamente; por unos segundos posó sus ojos en mí, y después volvió a Carlos.

     —Ese no es tu problema.

     Carlos bajó la cabeza derrotado.

     —Uh... —Emito, antes de darme cuenta. Nicolás me miró.

     Esto es tan incómodo.

     —Carlos —Lo llamó, sin verle.

     —¿Sí?

     —Lárgate.

     Carlos frunció el ceño.

     —¿Qué? La carrera comienza en unos minutos, así que...

     —¿Cuántos minutos? —cuestionó. No apartaba la mirada de mí, y yo ya estaba al límite de nervios.

     —Cinco minutos, pero-

     —Estaré a tiempo —aseguró—. Lárgate.

      El de cabello castaño no se movió, sólo nos miró. Me removí, y Nicolás me abrazó un poco más, permitiéndome comodidad. Frunció el ceño. Dejó de observarme para posar sus ojos en Carlos.