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Tengan en cuenta esto👇
|NiLu: Nicolás + Lucía.|
|Jorcía: Jorge + Lucía.|

Lucía llevaba prisa.

     Corrió hacia el ascensor y le agradeció con un asentimiento a quien lo detuvo. Comenzó a acomodar los papeles de manera apresurada y giró su cabeza al sentir que tocaron su hombro.

     —¿A qué piso vas?

     Lo había olvidado.

    Cuando respondió, la contraria apretó el botón y le sonrió una última vez para después prestarle total atención a su amiga.

    Lucía terminó con el papeleo y se dispuso a esperar en silencio.

    —¡Es tan sexy! —dijo una de ellas.

    —Sí, lo sé, ¡yo lo he visto! —Suspiró—. A veces hasta pienso que se me sale la saliva cuando pasa cerca mío —Unas risitas—. El jefe es todo lo que una mujer busca.

     Lucía permaneció callada, queriendo no darle importancia al tema.

     Queriendo...

     —A ver: el Señor Cavalier es guapísimo, inteligente, rico, además de eso, respetuoso. ¿Has visto cómo se la pasa cerca de los niños? Maldición, ¡es hermoso! Sumándole a todo eso, está soltero, creo... Bueno, no importa. Y, aunque no lo he visto desnudo, se nota que está riquísi...

     Ésta miró a Lucía y levantó una ceja interrogativa.

     —¿Te duele la garganta o qué? —preguntó, al escucharla carraspear tanto.

     —Sí —Fingió una tos—. Me duele mucho —mintió. Sonrió cuando llegó a su destino—. Sigan hablando de lo que no tendrán. Nicolás no... —Se calló abruptamente; ambas mujeres la observaron con rabia hasta que las puertas se cerraron.

     Lucía se quedó ahí, en el mismo lugar, perpleja.

    Perpleja por haber actuado como nunca lo había hecho; dejándose llevar ridículamente por los celos.

🔸🔸🔸

     Sandra y Natalia se observaron con la curiosidad reflejada en el rostro al ver a Lucía entrar tan enojada.

     —¿Lucy?

     —¿Qué? —preguntó secamente.

     Las contrarias comenzaron a hacerse señas entre sí, para decidir quién iba a hablar con esta enfurecida Lucía. Natalia le sacó el dedo medio y Sandra suspiró, para después acercarse a Lucía y posicionarse a su lado.

     —¿Qué te pasa, eh?

     —¿Qué me iba a pasar? Nada.

     Natalia, a la distancia, se tapó la boca sin creerlo.

     —Ehm... Soy tu amiga, yo puedo ayudarte en lo que-

     —¿Por qué tiene que ser excesivamente guapo, inteligente, rico y con cuerpo... —Negó con la cabeza, y gimiendo, tapó su rostro y dijo—: Olvídalo.

     Sandra parpadeó un par de veces sorprendida. Natalia, sin soportarlo más, corrió hacia ellas.

     —Oh, hola, Lucy —Le sonrió—. ¿De quién hablas?

Vendida A Un Playboy © | Libro 1&2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora