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Alguna vez...

¿Notaste la máscara?

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Golpeó la puerta con insistencia, sentía sus nudillos comenzando a arder, escuchó las quejas por parte de los vecinos.

No le importaba, más cuando no tenía idea de donde se encontraba su mejor amiga, al darse cuenta de la nula respuesta, observó sus pies, enfundados en unas botas cafés, apostaría que lograrían causar el impacto suficiente.

Tomando aire, golpeando por última vez, comenzó a patear la puerta de madera frente a ella.

—¡llamaré a la policía si no te callas!

—¡Llama a la interpool si quieres, pero no me voy a callar hasta que abran esta m...! —se corto al ver como la puerta cedía —maldita puerta —susurró, angustiadose al notar el desastre al interior del departamento.

Rebusco entre su bolso, sacando de este el gas pimienta que llevaba consigo, suspiró, recordando todas las películas policíacas que había visto a lo largo de su vida.

Pateo nuevamente el trozo de madera, haciendo que esta le dejara la vía libre para ver el panorama principal de lo que era la sala de estar.

—¿Lila? —preguntó, sintiendo la paranoia apoderarse de su ser.

Hacia un par de días que la italiana había dejado de responder sus mensajes, no asistía a sus sesiones de yoga y Audrey no tenía señales de vida de ella.

—¿Luka? —avanzó con lentitud, el piso se encontraba tapizado de papeles y fotigrafias, en el sillón ropa de mujer que apostaría, no eran de su amiga.

La angustia se plantó en su garganta, logrando que sus orbes se empañaran de lágrimas, más sabiendo quien era Luka, lo único que podía sentir era pánico puro, su cabeza le repetía que debía salir corriendo, ir a la oficina policial y denunciar una desaparición, al igual que culpar al Couffaine; ciertamente no le creerían si llegaba afirmando que Luka era un asesino en serie.

Trató de lograr pensar con la cabeza fría, no dejarse llevar por la ideas locas que acudían a ella como las abejas a un poco de dulzor.

Respiró con profundidad, debía de estar atenta a lo que pudiera suceder, y no someterse a sus emociones.

Observando su alrededor, sacó su celular, entrando a la aplicación que le permitía ver la ubicación del celular de Lila Rossi, al igual que lograr manipularlo, el GPS señalaba aquel bloque de departamentos.

Algo que sabía de su amiga, era que Lila Rossi no iba a ningún lugar sin su celular, cosa que agradecía pues con el pasar de los años, enumeró la cuenta de las veces que gracias a esta afición, logró encontrar a la italiana.

Pulso el cuadro que daba la opción de hacer que el teléfono sonará, apretó sus labios, tecleando la contraseña sin dejar de admirar lo que la rodeaba, temiendo que un Luka psicópata la atacará con un cuchillo.

La melodia de Lollipop comenzó a retumbar en la habitación que compartía con Luka, a un paso perezoso se adentro en la habitación, observando el mismo escenario de la sala, el azulejo se encontraba repleto de hojas, después de cerrar la puerta, se agacho tomando lo que parecía ser un folio.

—¿Lila? —volvió a preguntar, aquello parecía una copia de un contrato para la empresa de Chloé's.

El olor a rosas llegó a sus fosas nasales, por lo que corrió hacia el baño, la tina se encontraba preparada con pétalos de rosas, sin embargo nadie estaba presente.

Alguna vez... [Terminada] Where stories live. Discover now