20.

943 118 82
                                    

Alguna vez...

¿Sentiste miedo por el futuro?

.

[—¿Marinette? —preguntó, observando a aquella mujer que cruzaba sus manos detrás de su espalda, dejando que su cabello volara con el viento —¡Marinette! —gritó, sintiendo la arena caliente, sin detenerse a preguntarse el porque no llevaba sus zapatos.

Su corbata trataba de irse con el viento, las gaviotas volaban en el cielo, el sonido de las olas tranquilas lograron relajar su corazón que palpitaba como si hubiera corrido un maratón.

—Marinette —se preguntó si el sabor salado en su boca se debía a la playa o las posibles lágrimas que abandonaban las cuencas de sus ojos.

Ella seguía en el mismo punto, sin girarse al escuchar su nombre, se balanceaba a un ritmo enternecedor, quizás tarareaba una canción, el golpeteo constante del mar seguramente ahogaba su voz.

Parecía tan cerca, pero a pesar de sus pasos apresurados, no lograba acercarse demasiado.

—¡Marinette! ¡Mi amor! —escuchó su propia voz cargada de dolor.

—no debiste venir Adrien —se giró sobre sus talones, mostrando una sonrisa sincera, su rostro puro seguía siendo tan magnífico —¿Por qué querías verme? —cuestionó curiosa, acercándose a él para así tomar su mano —¿Algo especial que quieras decirme? —relamió sus labios ansiosa.

—Marinette —soltó su mano para rodear su cuerpo, sollozando en su hombro.

—gatito bobo, no debes de llorar, estoy aquí contigo —su melodiosa voz entró en su corazón.

—¿Por qué? —fue capaz de formular.

—algo mayor —se encogió de hombros, regalándole una sonrisa sincera —estoy orgullosa porque sigas bien —el Agreste se apartó mirándola con furia.

—no estoy bien Marinette, nunca voy a estar bien porque me dejaste hecho una mierda —apretó sus labios, frustrado al ver la mueca confusa de la mujer, se apartó jalando sus cabellos.

—perdón Adrien —su voz ahogada le dio a entender que lloraba —¡No sabía que hacer! ¡Abandone todo por ti! —golpeó su pecho en forma de reclamo —y no lo agradeces.

—no entiendo porque tuviste que morir —la azabache se encogió en sí misma, mirando fijamente la arena brillos a, evitando las esmeraldas que la vigilaban —¿Por qué amor? —sujeto su rostro, observando sus zafiros humedecidos.

—¿Me dejaste de amar? —formuló, reteniendo el malestar que desgarraba el corazón de ambos.

—podría dejar de existir y te seguiría amando —pronunció dejando reposar su frente en la de ella —te amo, pero duele que me dejaras.

—te amo también —lo observó con las lágrimas desbordantes, sus manos temblorosas tomaron las de su contrario, aferradose a estas al tiempo que lo guiaba al inicio de aquella playa, el agua salpicó el vestido de ella, sin embargo dejó intacta la vestimenta de él —es curioso cómo las cosas que son una mentira, en cierto contexto son reales].

—¡Marinette!

Su pecho subía y bajaba, observó su mano, sintiendo ese calor que no era suyo, aquel que se generaba al tomar la mano de otra persona.

Sintió sus mejillas húmedas, una vez más había llorando entre sueños de nuevo, su pecho dolió unos segundos, admirando el escenario de su alrededor, ahogando un sollozo en su garganta, cubrió sus ojos con su brazo, para así romperse en segundos.

Alguna vez... [Terminada] Where stories live. Discover now