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Alguna vez.

¿Le tuviste fe a quien ya no la merecía?

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El juicio había sido extenuante, el último día había estado tan nervioso, miraba sin parar el reloj y sonreía cada que Tom levantaba sus pulgares, al igual que cuando Rose le regalaba otra sonrisa.

El Juez lo había declarado inocente por falta de pruebas, abrazo a su abogado, a su padre, a Tom y comió un croissant que le dio Rose, Luka lo miró con un sincero odio y salió como diablo por la puerta, tras el Kagami quien llamó a Lila, pero ella se acercó a susurrar que siempre había creído en él, no la conocía más allá de palabras de Chloé Bourgeois.

[Se recostó a su lado, a pesar de que ella seguía llorando rompiendo su corazón.

—no importa que no quieras hablar —murmuró, acariciando su mano —yo estaré aquí, solo quiero que lo sepas, que estaré aunque no quieras ni siquiera mirarme, yo jamás te dejaré sola].

Sabine lo miró con odio, uno que jamás creyó experimentar pero por un instante comprendió, fue la misma mirada que Audrey le lanzó cuando...

Lo comprendía, había sido la última persona que había hablado con Chloé, lo que Sabine experimentaba no era más que un miedo de no saber que ocurría.

Pero en medio de los periodistas, los policias y las pocas personas que sí creían en él, con la libertad en sus manos, jamás se había sentido tan atrapado.

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Alya había desaparecido, según Nino había tomado un vuelo a Italia, para Gabriel Agreste se había ocultado después de ser el centro de la atención durante el juicio, Luka Couffaine sabía que había entrado a su departamento y encontrado una carta que no debía encontrar, Adrien solo había encontrado una nota en la nevera con indicaciones para calentar un guiso especial.

Pero con los sucesos pasados, nadie tenía cabeza para pensar en Alya Cesaires, sin importar que ella quizás perdería la cabeza.

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—lo lamento tanto Adrien —mencionó, mientras cerraba la caja con cinta, el rubio negó con una leve sonrisa.

—todo está bien, todo ha sido para mejor —mencionó, tomando la bebida que Rose le ofrecía —gracias por ayudarme con la mudanza.

—somos amigos —Juleka acomodo su flequillo, Adrien no pudo darle la razón aunque quisiera hacerlo —y mi hermano te hizo pasar un infierno.

—es su deber —trató de excusar, sabiendo que en el fondo Luka solo quería culparlo a él —en fin, todo estará mejor ahora —dejo la última caja, mirando el departamento ahora casi vacío, que ahora por unos meses le pertenecería a otra persona.

—¿A dónde irás? —le cuestionó Juleka, el rubio se encogió de brazos —¿Esto a donde irá?

—a mi hogar —decir aquello resultó extraño —quiero decir, a una vieja casa, estaré en ella unos días tratando de descifrar que hacer ahora.

—¿Has sabido de Alya? —preguntó Rose, dándole una bolsa de papel en donde podría apostar, había algunos postres de su cafetería.

—sólo que decidió visitar a su hermana, no sé si volverá pronto —le mencionó recibiendo la comida, los de la mudanza llegarían en una hora.

—bueno, espero que tu lo hagas pronto Adrien, sabes que no estas solo —el mencionado asintió no creyendo realmente en sus palabras.

—deberían de regresar a la cafetería —les susurró Adrien, al ver la negación en sus rostros trató de encontrar una buena excusa —tengo que dejar unas cosas claras con el alquiler, creo que quiero dar una última vuelta por París.

Alguna vez... [Terminada] Where stories live. Discover now