Alguna vez... [Terminada]

41.

Alguna vez...

¿Deseaste tu propio "Había una vez"?

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—una Doncella lista para bailar toda la noche, con los pies adoloridos y las luciérnagas brillando a su lado, con la luna oculta por los sueños, el sol iluminando al caballero, las estrellas cubrían al villano destrozado, el viento levantaba los pedazos de un corazón destrozado y los sollozos se convertían en música junto a la caída de pasos de baile —cada palabra parecía hacerse más pesada —con dos héroes en cubierto que dejaban sus pasos al descubierto.

[Se sentía mareado, Gabriel respondía unas preguntas, sostenía la mano de Marinette quien parecía haber tomado la seguridad que el perdió, pues sonreía ante la cámara y respondia la inspiración de su vestido, en la invitación solo venia una palabra [Magia], su traje era inspirado en los elfos de Luna por el libro que siempre le contaba su madre, por su parte el de Marinette podría decir que era una princesa hada, era de un color azul grisáceo con una caída suave, la tela parecía irreal, con mangas a partir de medio hombro, eras voluminosas aunque como todo lo demás del vestido, parecían mágicas, con un escote de forma de corazón decorado con flores azules y blancas que dejaban caer un poco de tela que cubría sus pechos, tenía tantas capas capas que hacían el vuelo.

—¿Adrien? —Nadia lo miró confundida, el rubio dio un respingo.

—disculpe —sus mejillas enrojecieron, tres ojos cuatolosos se posaban en sí, por lo que se aclaró la garganta —vengo con mi novia —declaró, pues creía que la pregunta que no había formulado se había tratado de su pareja, quien lo miró confundida dando un leve gesto de negación —quién realizó este traje basado en mi cuento favorito —este vez Gabriel negó, Adrien se quedó mudo sin saber que agregar, sin embargo no pudo tratar de responder otra posible cuestión cuando un hombre de traje y buen porte les indico que lo siguieran.

—eres un bobo —susurró Marinette sin mirarlo —preguntó sobre si habías asistido a otra pasarela de Audrey —señaló con disimulo.

—estaba perdido por tu belleza —de no ser porque su mano se encontraba en la cintura de ella, Marinette hubiera tropezado con sus propios paso, soltó una suave risa —aún te pongo nerviosa.

—siempre —sin poder decir más, los hicieron sentarse en una mesa con el nombre de la familia, Marinette miró curiosa la decoración, algo similar a los cuentos de hadas, otra realidad diría él —¿Qué pasa ahora? —preguntó nerviosa.

—harán un show, seguirá la presentación de los vestidos, después entraremos al salón principal donde darán bocadillos y empezará un baile, después no podría asegurarte que va a pasar.

—¡Adrien! —el mencionado se encogió de hombros.

—solo he asistido a dos pasarelas, una con tema de terror, otra con tema de pueblo, en una hicieron una cena con platillos de 1000 euros, en otra una subasta de los vestidos —mencionó, notando que la mirada de Marinette se dirigía a un punto entre los que recién entraban —¿sucede algo?

—¿Quién esta conversando con Nadia? —preguntó, Adrien alzo la mirada, estaba de espaldas con un traje blanco, con un sombrero del mismo color y un maletin en la mano.

—supongo que algún millonario —susurró.

—nos estaba mirando —señaló —creo que lo hacía.

—no es común tener a una diseñadora primeriza en una gala de tal nivel —la azabache asintió, con los nervios recobrados —pero es la misma diseñadora que será invitada todos los años por su talento, algún día estarás tras bambalinas con tus diseños —beso su mejilla con delicadeza —no te preocupes demasiado —murmuró, a lo que ella dio un suave sí —ahora cuéntame ¿Me veo guapo? —la azabache soltó una carcajada.