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Alguna vez...

¿Has pensado que no vale la pena?

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Sus articulaciones dolían un poco, por un momento de pregunto si se debía a la edad, o si la aflicción de su corazón comenzaba a traspasar barreras para volverse algo físico.

Aunque ciertamente, eso había sucedido ya hacía mucho. Trató de reincorporarse, admirando las pintorescas paredes que junto a su marido, se encargaban de retocarlas una vez por año.

Todo se mantenía igual a cuando Marinette abandono su habitación, con un aire un tanto infantil y rebelde, que resultaba algo confuso a la vista de cualquiera.

Una vez por semana subía a aquel espacio para dejar todo reluciente, cada 7 lunas sin falta, esa tradición empezó cuando Marinette se marchó a su nuevo departamento, le repetía a Tom que cuando su bebé quisiera volver, no soltaría ningún ataque de tos o algún estornudo por el polvo; era su manera de sobrellevar que su pequeña avecilla había abierto su alas y abandonado el nido.

Incluso cuando se entero de su compromiso, sabía que un matrimonio no era sencillo, si por alguna pelea ella quisiera alejarse de Adrien, tendría un lugar al que llegar, donde dormir, un lugar donde podría sentirse segura.

Pero al parecer había fallado, no sólo a sí misma, también a aquella mujer que fue se bebé, la que cargo entre sus brazos.

—tranquila Sabine, ella está donde... Debe de estar —se dijo en voz baja, como si fuera un secreto —esta bien —confirmó tratando de mantener la esperanza, recordando aquella conversación con aquel singular hombre que había visitado la tumba de su hija.

Recordó aquel día, era uno cálido, contrario a la tormenta de su cabeza, llevaba un solo rosa, cortada de la maseta que resguardada en el balcón de su habitación. El hombre conversaba con el cuidado, pues al parecer, nuevamente el lugar de descanso de su hija había sido saboteado; las veladoras, cartas, flores e inciensos se encontraban rotos, algunos cubiertos por la tierra.

"—ya hemos informado a la familia, no sabemos en que momento ocurre, pero es algo común en los casos de suicidio que toman popularidad, los grupos en contra de este acto se toman en serio estas situaciones".

Había dicho el hombre con uniforme gris azulado, ya estaba acostumbrada a aquel hecho, así como a ver a desconocidos dejando algún objeto en símbolo de que la comprendía, dudaba como era que aquellos que la desconocían lograban conectar con Marinette, cuando ella siendo su madre la sentía tan lejana.

El cuidador le ofreció disculpas, al tiempo que se alejaba llamando a alguno de sus compañeros, ordenando que trajera los instrumentos necesarios para limpiar aquel desastre.

Ella suspiró, cansada de aquella situación, muchas veces había considerado que la decisión de enterrar su cuerpo fue algo erróneo, tal vez debió de aceptar la propuesta de  Tom de volver sus cenizas un árbol; al menos así no sufriría señales de vandalismo, sería como si estuviera viva.

"—sinceramente había estado todo tranquilo, pero desde la última vez que vino la otra joven del suicidio, todos los días amanece así —explicó al curioso hombre que sólo la saludo con la mirada".

"—¿La hija del ex alcalde?"

"—eso, una mujer se detuvo aquí diciendo que todo era su culpa, tuvimos que vetarla, planeaba desenterrarla —explicó —al siguiente día llegó un hombre, trató lo mismo, solo que este último fue más tranquilo y sucedió durante la madrugada —informó con seguridad —no pudimos atraparlo, pero si notamos que vestía de traje, por un momento creímos que se trataba de un ritual, son comunes por aquí, dos días después volvió aquel hombre, sucedió tres veces seguidas —señaló unas partes en las que se tomaba la tierra fresca —aún no sabemos quién es, pero ayer por la noche volvió a pasar por aquí"

Alguna vez... [Terminada] Where stories live. Discover now