Capítulo 17: ¿Reconciliación?

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Al acabar el desayuno, nos seguimos preparando para ir a clases. Antes de salir, pude ver como Erwin salía de la habitación de Levi, serio. Hanji se acercó discretamente y luego Nanaba, no pegué el oído por la distancia ya que ellos susurraba y sería muy notorio mi curiosidad. En ese momento, Nanaba cogió su móvil y lo pegó a su oreja, empujando divertida a Hanji y Erwin hacia la salida.

- ¿Os queda mucho?! - gritó Jean fastidiado, saliendo a la calle.

- ¡No!¡Vámonos ya! - contestó Hanji agarrando la mano de Erwin, y cuando pasaron por mi lado, agarrando la mía.

- Eh.. O-y-y... Hanji - la llamé pero fui totalmente evitada, así que por segunda vez, me rendí. Volvimos con el grupo, emprendiendo nuestro camino a la escuela. Aún así, me volteé hacia la residencia, viendo como Nanaba cerraba la puerta lentamente.

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Llamaron con respeto a la puerta, interrumpiendo la clase de francés y llamando la atención de todos los presentes.

- Muy buenas - apareció un hombre, nuestro profesor de matemáticas.

- Buenas - saludó la profesora de francés acercándose al de matemáticas. Él miró o más bien, empezó a buscar con la mirada a alguno de nosotros - ¿Necesitas algo? - preguntó curiosa la profesora.

- ¿Se encuentra Mikasa Ackerman? - la miró. Me sorprendí por oírlo mencionar mi nombre y no solo yo, Jean y Eren me miraban con curiosidad. Los demás, también me observaban con detenimiento.

- Sí, está allí - señaló la profesora.

- ¿Puede salir un momento?

- Por supuesto - dió permiso. Ambos profesores me miraban, incitándome a levantarme y dirigiéndome hacia ellos. Sentí como las miradas de todos se centraban en mí. Pude escuchar un susurro de una de mis compañeras, mirándome de forma burlesca.

- Pobrecita...

Aquello me descolocó aún más, nunca había hablado con esa chica para que pudiera sentir pena por mí. Si mal no recordaba se llamaba Nifa. Al estar más cerca del profesorado, seguí al de matemáticas que salió (a ritmo lento) de la clase. Al cerrar la puerta tras de mí, escuché como la profesora volvía a su explicación.

- Señorita Ackerman - me llamó adentrándose en la clase de al lado.

- ¿Ha ocurrido algo, profesor? - se sentó, quedándome de pie frente a la mesa. Encima de ésta, había una pequeña pila de papeles.

- Coja una silla - habló demandante a lo que yo obedecí. Muchos alumnos decían que ese profesor era el demonio en persona por lo estricto y serio que siempre se mostraba, lo que pasaba que ese nerviosismo no lo sentía yo, supongo que era otro profesor el cual su forma de corregir exámenes era demasiada exacta para los alumnos, no te pasaba ni una. Al estar cerca de él, empezó a informarme - Ackerman, seré directo. Últimamente, su atención en clase ha menguado, haciendo perder el equilibrio total en su último examen, no sé qué le rondará por su cabeza pero va en muy mala trayectoria. También me han informado de que falta a mis clases... exclusivamente a mis clases - finalizó mirándome con frialdad.

- Pero, profesor, solo ha sido una vez en la que he faltado... - me defendí con respeto y tranquilidad.

- Quien lo hace una vez sigue con la segunda, tercera... - hizo una pausa -Sabe las normas y por lo que sé, sabe leer también. Así que está castigada, cuando acabe sus clases, dirígase a la sala de profesores.

El Arte De Amar Where stories live. Discover now