Capítulo 14: Angustia

Start from the beginning
                                    

- No sé - me encogí de hombros.

- Que raro... - tocó su barbilla - ¿Me dejas dibujarte? - volvió a mirarme, observando un peculiar brillo en sus orbes azules, como adorno, hizo un divertido puchero.

- Mmh... Vale... - ¿Cómo negarme a esa carita?

Transformó el falso puchero en una amplia sonrisa. Rápidamente, abrió su cuaderno en una hoja en blanco y así, empezó a levantar y bajar su mirada. Me dió algunas instrucciones, esta vez, me dibujaba de perfil. ¿Y decía qué a veces se cansaba?

No pasó mucho tiempo cuando la puerta se abrió. Esta vez, con brusquedad, apareciendo Levi con su ceño fruncido. Nos miró a ambos.

- Tsk... - fue lo único que pronunció. Para acto seguido, darse la vuelta, dándonos la espalda, allí se quedó quieto con las manos en sus bolsillos del pantalón. Armin y yo nos quedamos petrificados. ¿Qué le pasa?

En seguida, el rubio se levantó en silencio. Lentamente, se acercó a Levi curioso.

- Levi, ¿éstas bi... AAHH!!! - el azabache intentó agarrar a Armin por el cuello, por lo visto, tenía reflejos ya que se echó para atrás, cayendo de culo al suelo. En esto, Levi intentó pegarle una patada pero Armin volvió a reaccionar arrastrándose hacia mí - ¡MIKASA AYUDA! - gritaba aterrorizado. Dejé mi guitarra en la funda y de un brinco me levanté. El pobre Armin se puso detrás de mí, agarrando la parte baja de mi camisa. Con grandes zancadas, el terrorífico enano se acercaba a nosotros, levantó su puño para dar un golpe. Hice un escudo para que no le diera a Armin el cual ya me agarraba fuertemente de la cintura, arrodillado en el suelo. Cerré mis ojos con fuerza para después, sentir una leve brisa en mi cara. Despacio, los abrí, viendo el apagado color de sus ojos. Tenía su puño en el aire y me miraba con la boca levemente abierta.

- Lo siento... - agachó la mirada y bajó su brazo. Ahora que me fijaba, un gran moratón estaba impregnado en su mejilla izquierda, tenía un hilillo rojizo colgando de su labio inferior y una pequeña herida en su frente sangrando sin parar.

- ¿Qué te ha pasado? - lo agarré del mentón con cuidado de no hacerle daño, inspeccionando las no graves heridas pero si notorias.

- Perdón, Armin... volví a perder las formas... - contestó, ignorando mi pregunta. El susodicho aflojó el agarre que proporcionaba en mí y lentamente se fue levantando, quedando detrás mía.

- ¿Qué te ha pasado? - volví a preguntar, esta vez con más firmeza y confianza.

- Nada... - dijo sin ganas, intentó zafarse de mi agarre sobre su rostro pero no lo consiguió - Suéltame, mocosa... Maldita sea - hacía muecas de dolor.

- Ni en tus sueños - dije - Armin trae la silla - ordené seria. Levi rodeaba mis muñecas con sus manos, intentando salir de allí. Obviamente, cada vez hacia más fuerza para no soltarlo. Su mirada cruzó con la mía, aquello me impresionó un poco ya que podía verse claramente su esfuerzo innecesario. Parecía un niño pequeño a punto de echar a llorar. Descendí mis manos hacia sus hombros, haciendo presión en éstos para obligarlo a sentarse en la silla que atrás tenía. Lo conseguí sin ningún esfuerzo. ¿Se estaba rindiendo? Con mi pie acerqué la silla en donde anteriormente me encontraba y me senté, quedando frente a él - Te lo volveré a preguntar... ¿Qué pasó? - fruncí el ceño.

- ¿Por qué estás tan enfadada? - pudo escaparse de mis manos que lo agarraban. Rodó los ojos fastidiado.

- No te lo diré hasta que tú no me respondas antes - volví a tirar de su mentón para que se volteara a verme. Suspiró.

- Una pelea... Bueno dos - sonrió - La primera fue más divertida, la segunda.... - se quedó callado.

- La segunda... - incitó Armin sentado en medio de nosotros, bueno, tirando más hacia mi parte.

El Arte De Amar Where stories live. Discover now