yeppeun noona ; jjk

t h i r t y s i x

;bongsun

Realmente lo había hecho.

Había tenido una relación sexual.

Y con Jeon JungKook.

Carajo.

— Noona, no tienes por qué estar a un centímetro de caer de la cama, ¡mira! Ya me puse los bóxers.

— No te creo.

— Y no lo harás si no volteas a verme.

— ¡No te creo, mocoso! — Hice mi cuerpo bolita mientras su risa llenaba el silencio que nos brindaba la habitación.

Sí, nos encontrábamos en esta situación en dónde mi cerebro entendió lo que había pasado y me encontraba como burrito entre las cobijas lo más lejos posible de JungKook para evitar morir al sentir su cuerpo contra el mío. Lo cual me recordaba que seguía desnuda. Sentí por milésima vez en el día mis mejillas quemar de tan solo recordar su cuerpo contra el mío moviéndose al mismo compás, como si de una canción compuesta por ambos se tratara, lo sé, muy cursi pensar de esa manera, pero no podía creer que lo había hecho y sin si quiera dudarlo. Sin pensarlo dos veces acepté que Jeon Jungkook me conociera en cuerpo y en alma, y él me brindó la mejor satisfacción que se le puede dar a una virgen sin nada experiencia en éste ámbito y hacerle pasar uno de los mejores momentos de su existencia.

Aún si me encontraba debajo de las cobijas, escondida, sin querer que Jungkook mire mi vergüenza, no estaba arrepentida ni en lo más mínimo, de hecho, mi cuerpo estaba pasando por tantas emociones tan exquisitas que simplemente no podía soportarlo. ¿Cómo era posible que un simple encuentro sexual podría traerme tantos sentimientos? Vamos, que no tenía sentido.

— Noona... — Hice un sonido dándole a entender que lo estaba escuchando, una risilla divertida salió de sus labios, suspiró profundamente regresando al silencio. Ni dos segundos después la cobija que estaba con fuerza enredada en mi cuerpo desapareció y en su lugar un sólido pecho se pegó a mi cuerpo, cubriéndolo y dándole el calor que necesitaba para no sentir el frío de la habitación. Y a su vez, el hermoso rostro de Jungkook se encontraba a centímetros del mío, con su fuerte mirada recorriendo mi rostro, desde mis mejillas, a mis ojos, pasando a mi quijada para luego terminar en mis labios. Sin darme cuenta, retuve mi respiración mientras imitaba sus acciones, y preguntándome a la vez cómo era posible el nivel de perfección que este hombre poseía. — Creo que nunca te había visto así. — Su ronca y dulce voz salió en un susurro provocando estragos en mi corazón, recé para que mi sonrojo no fuera tan notorio. Pensé por un segundo y respondí en broma.

— ¿Desnuda? — Jungkook abrió los ojos en sorpresa al no esperarse esa respuesta, rió roncamente mientras negaba con suavidad la cabeza. — ¿A qué te refieres, entonces?

— Me refiero a que... — Su brazo se movió por mi torso hasta detenerse a un lado de mi cabeza, con delicadeza quitó el mechón de pelo que descansaba en medio de mi rostro, lo colocó detrás de mi oreja y luego pasó a acariciar mi mejilla provocándome más escalofríos de los que alguna vez he sentido. — Desde que llegué a la empresa y te encontré por primera vez después de años, lo primero que noté fue que habías cambiado, estás preciosa, mucho más que eso, pero lo que más me llamó la atención fue que te veías tan profesional vestida formal mientras caminabas como la líder que eres, tan segura de ti misma sin importar los comentarios de los demás. Y cuando me hablaste sin reconocerme, fue como un golpe, sinceramente creí que me abrazarías o algo por el estilo y no que pasaras de mí como si no fuera nada. — Sonrió al recordar el momento. — Digo toda mi niñez había pasado enamorado de la hermana de mi hyung, ¡al menos esperaba que me reconocieras! Ya luego entendí que en cierta forma yo también había cambiado, y de cierta manera me reconfortó.