s e v e n t e e n

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; jungkook

Ya había perdido la cuenta de las veces en las que había gruñido como lobo hambriento. Los labios de Noona se aferraban tan intenso a los míos y yo a los de ella que era inevitable controlar mis calenturientos sonidos. A este punto mis pulmones gritaban por algo de aire y oxígeno, aún con el beso mi nariz podía realizar la acción de inhalar y exhalar con tranquilidad, pero simplemente lo olvidaba por completo, y una parte de mí sospechaba que a Bong le pasaba lo mismo, ya que después de besarnos como si nuestras vidas dependieran de ello, teníamos que separarnos para recuperar un poco de aliento. Y eso ocurrió de nuevo, aunque todo mi cuerpo disfrutaba de la sensación de sus labios pegados a los míos, mis pulmones se negaban a estar de acuerdo y exigían aire. Malditos.

Separé nuestros labios provocando que un sonido húmedo salieran de estos, besé con dulzura sus mejillas y de ahí pasé a besar su cuello. Mis labios tocaron justo ese punto en dónde podías sentir el ritmo de su corazón y me di cuenta de que iba tan rápido como el de un pollito bebé.

— Jungkook... — Escuchar como jadeaba mi nombre en mi oído provocó que una ola de veinte metros de placer inundaran mi sistema y me hicieran temblar de pies a cabeza. Algo totalmente nuevo, nunca había sentido algo parecido a eso. Mis labios se separaron de su delicioso cuello y los choqué de nuevo con sus carnosos labios, ella al instante respondió con decisión.

Agradecí que el edificio en el que nos encontrábamos era un rascacielos y que la oficina de mi jefa se encontraran casi hasta el último piso, nosotros veníamos de los primeros. Por un momento creí que el tiempo se había detenido solo para que pudiera besar con tranquilidad a Noona, pero obviamente cuando mas disfrutabas un momento, más rápido llegaría a su fin.

El pequeño rebote que dio el elevador al detenerse en un piso que no era el nuestro, hizo que un click en mi cabeza sonara y que nuestras bocas se separaran al mismo tiempo. Tragué duro procesando lo que acababa de pasar. Uno: Besé a Bong. Dos: Ella me devolvió el beso. Tres: Disfrute el beso como si fuera el último que daría. Cuatro: Y aunque sus ojos me miraban con profundidad y sin una gota de arrepentimiento, en un segundo eso desapareció cuando al abrirse las puertas aparecieron Jimin y el idiota del amigo de Bong. Ambos se adentraron al elevador junto a nosotros, Jimin oprimió el botón del piso de la oficina de Bong (el cuál ya habíamos oprimido) y se giraron a ambos con una sonrisa que rebanaba sus mejillas en dos.

— ¡Rayos, es cosa del cielo que estés aquí, Noona! — Y mi sangre hirvió otra vez al escuchar esa palabra salir de su boca. Miré a Bong con la esperanza de que le dijera lo mismo que a mí, que le dijera que ella no era su Noona, ¡que se lo negara! Pero en vez de eso, su mirada evitó la mía y una bonita sonrisa salió a la luz.

— ¿Mi padre te ha dicho que sí, Tae?

Él sonrió emocionado y de su bolsillo sacó un anillo blanco con un diamante color rosa en medio de este. — ¡Sí! Por fin podré llevarte al altar después de todo este tiempo, Noona. Tengo el permiso.

Y ahí perdí los estribos. ¿Qué mierda acababa de decir este idiota?

Mi frente comenzaba a doler de tener el ceño fruncido muy fuerte, al igual que mis manos por apretarlas demasiado. Mi lengua se pasó por el interior de mi mejilla tratando de disimular. El rostro de Bong se sonrojó tanto que pude sentir como le quemaba, abrió sus labios tratando de decir algo, pero de ésta sólo salieron tartamudeos.

Mi estómago dolía. Quería decirle un montón de cosas a ese idiota. Noona era mía, ¿quien demonios se creía para pedirle su mano? Pero aunque mis ganas de partirle la cara me ganaran, lo único que hice fue huir en cuanto las puertas del ascensor se abrieron.

Sí. Huí como un idiota. Otra vez.

¿Cómo demonios se me había ocurrido besar a mi jefa en pleno horario laboral? Y en un elevador. ¿Por qué siempre tiene que pasar en un elevador? Mierda, era como en la escena de Grey y Anastasia. ¿En serio? Mi primer beso con Noona y decido hacerlo en un elevador y sin planear. ¡Al menos hubiera sido en una cita bonita! Soy un completo idiota.

yeppeun noona ; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora