t w e n t y s i x

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; jungkook

— Dile que puede subir, Gyun-ssi.

Mi jefa cubrió su rostro con sus pequeñas manos y no pude evitar sentir preocupación al escuchar algo parecido a un sollozo salir de su boca. Con cuidado tomé su barbilla y la subí a mí con suavidad, sus ojos estaban rojos y lágrimas amenazaban con salir.

— ¿Quién está subiendo? — Sus ojos iniciaron un viaje por mi rostro, en otra situación ya estaría escondiéndome debajo de mis cobijas por lo que me hacía sentir Bong con una simple mirada, pero ahora estaba curioso y preocupado por saber quién subía por el elevador.

Un segundo después, los ojos de mi Noona se abrieron alarmados. — Oh mierda. — Su cuerpo se movió con desesperación buscando su bolso, y cuando dio con él sacó un paquete con toallitas húmedas, sacó una y comenzó a hacer quién sabe qué en su cara, y antes de que si quiera pudiera preguntar qué rayos hacía, una toallita estaba restregándose con suavidad por toda mi boca. ¿Qué mierda?

Bajé la mirada al paquete y me di cuenta de que mi jefa estaba tratando de quitarme el reguero de labial rojo pasión que tenía por toda la boca. Su desesperación por quitarlo aumentó mi curiosidad.

Tomé sus manos y las alejé un poco de mí, necesitaba saber. — Noona, ¿quién está subiendo?

— G-Geuk-ssi.

Oh carajo. Ahora entendía la desesperación de Bong. Rápidamente dejé que siguiera desmaquillando mi boca mientras yo tomaba otra toallita y hacía lo mismo con la suya. Luego sus manos acomodaron mi camisa mientras yo me peinaba un poco, las manos salvajes de Bong eran traviesas.

Me miré al espejo de la oficina esperando que ya estuviera un poco más presentable, casi me da un paro al ver el bulto en mis pantalones, carajo, ¿aún no se bajaba?

Miré a Bong pintarse nuevamente los labios con el mismo labial. Volví a maldecir internamente. Amaba cómo se veía con ese labial, pero aún tenía muchas ganas de besarla y no quería causar otro batidero de maquillaje en ambos. Bueno, al parecer tendré que comprarle más toallitas desmaquillantes a mi jefa si continuaba poniéndose ese labial.

Unos minutos después Geuk-ssi tocó la puerta, caminé a ella y le abrí con una sonrisa tímida. Mi sonrisa desapareció al ver su rostro. No estaba nada feliz, de eso estaba seguro. ¿Dónde están mis lechitas de banana cuando las necesito?

— Bienvenida, Geuk-ssi. — Hice una reverencia. La señora asintió en mi dirección y miró a mi jefa. Mis ojos se abrieron en sorpresa al ver a Bong inclinar su cuerpo noventa grados en una reverencia. Sin saber si debía hacerlo o no, la imité.

— Lo lamento demasiado, Geuk-ssi.

— Jungkook-ssi... ¿crees que puedas traerme un café, por favor? — Levanté un poco mi cabeza, sus ojos estaban pegados en el cuerpo aún inclinado de Bong y no era una mirada bonita. Asentí y di otra reverencia saliendo de la oficina.

No sabía cómo sentirme, temía por lo que Geuk-ssi le diría a mi jefa, pero en realidad estaba más agradecido que aterrado. Obviamente iría por el café que me encargó, pero antes tenía que arreglármelas con mi amiguito aquí abajo.

Entré al baño más cercano y después de asegurarme de que no había ningún alma cerré la puerta con pestillo. Solté todo el aire resguardado en mis pulmones, recargué mi cuerpo en los lavabos y miré mi reflejo en el espejo. Mis cachetes aún estaban sonrojados y mis labios aún tenían rastros del labial de Bong. Santas lechitas. ¿Realmente había hecho eso? ¿Con Noona?

Oh no. Jeon, no es buena idea recordar ese reciente suceso. No, no, no. Tenía que calmar mi erección sin tener que darle lo que quiere... o bueno, lo que ambos queremos. Santas lechitas de banana, con solo recordar sus labios en los míos, su lengua explorando mi boca, sus gemidos silenciados por mí, sus piernas apretándome más a su pequeño cuerpo...

yeppeun noona ; jjkWhere stories live. Discover now