yeppeun noona ; jjk

t h i r t y f o u r

;bongsun

— No sabes cuánto se lo agradezco, Unnie. — Apreté sus manos las cuales estaban entrelazadas con las mías. — Volveré pronto para visitarla.

— ¡Aquí la estaré esperando, Bong-ssi!

Ambas nos sonreímos mutuamente, me incliné en otra reverencia y me dirigí a mi auto, mi siguiente parada era nuevamente al departamento de Sohyun, le entregaría el celular y me quedaría con ella hasta que Yoo-unnie contestara los mensajes.

Después de haber leído la carta y llorar en el regazo de Hae-Unnie, ella me trajo otro té relajante junto con un pastel de crepé. Me contó que su hija había concebido a otra bebé, la tercera ya, su esposo y ella habían estado esperando por un niño, pero al final tuvieron a otra linda niña.

Nunca había pensado en la idea de tener hijos, y ahora qué lo pienso, parte de mí piensa que sería una total pérdida de tiempo, estaba creciendo en la Empresa y tenía mi vida totalmente planeada, sin hombres que se interpongan, ni siquiera Jeon JungKook. Pero la otra parte no puede evitar querer sentir aquel peso en tu barriga por 9 meses mientras esperas con ansias junto al amor de tu vida, compartir tu vida con aquella persona, debe sentirse bien. Sin embargo, esa vida no era para mí.

Ahora tenía que preocuparme por el proyecto de la Empresa y por Hyun. Debía llamar a la policía, pero no creía con que fueran a realmente poner manos en el asunto. Así que debía pensar bien en qué hacer.

Veinte minutos después logré llegar a la residencia, y en menos de cinco ya estaba tocando su puerta con la falsa esperanza de que JungKook se encontrara en su cita con Byun-ssi. No quería volver a encontrármelo, de hecho hasta comenzaba a ansiar que los meses de Hyun de recuperación acaben y él regrese a Busan. Que egoísta, Park Bongsun.

— ¿Jimin? — Pregunté al ver quién había abierto la puerta, mi hermano sonrió aliviado y en seguida sus brazos se enredaron en mi cuerpo. — ¿qué te ocurre? — Por encima de su hombro logré ver a mi mejor amiga con las mejillas sonrojadas y con la misma sonrisa. — Acaso... ¿la abeja del amor te picó y te diste tus besitos con Hyun? — Jimin tomó mis hombros y me separó tan rápido de él que sentí como mi cabeza estuviera a punto de ser arrancado de mi cuello. — Auch, ¿eso es un sí?

— ¿En dónde te habías metido, señorita? — Puse los ojos en blanco, lo separé de mí y me adentré sin más al departamento.

— Eso a ti no te importa, cachetón. — Dejé la bolsa con el nuevo celular dentro en la meseta de la cocina para luego girarme nuevamente a ellos. — Así que... se dieron sus besitos, ¿eh? — Las mejillas de ambos explotaron en un rojo carmesí y reí. — Me alegro por ustedes. No los molesto más, estoy muerta y debo ir a dormir.

Corrí a abrazar a mi mejor amiga. — Ya está el celular ahí, con la implementación de privacidad y seguridad, ¿está bien? — Susurré en su oído, ella asintió y me abrazó con más fuerza en respuesta.

Me separé de ella y tomé de las mejillas a mi hermano con fuerza. — Quédate aquí esta noche, Jimin, Hae-unnie se fue con su hija a cuidar a su nieta, así que para qué estar solo si puedes estar aquí. — Mis cejas subieron y bajaron con rapidez, Jimin me frunció el ceño sonrojado. — ¡Usen condón!

— ¡Bongsun! — Gritaron al unísono y yo simplemente reí mientras salía del departamento con tranquilidad. Al subir al auto suspiré, JungKook no había estado allí, no sabía si estar aliviada o llorar. No debería importarme ya.

Después de un rato llegué a mi residencial, estacioné el auto y subí al elevador sin esperarme lo que estaría enfrente de mi puerta. Mejor dicho a alguien.