t w e n t y e i g h t

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; bongsun

Estoy segura de que antes de la llegada de JungKook, me había asegurado de mantener mis sentimientos en orden y sin ninguna razón para salir o descontrolarse, sin embargo ahora se habían vuelto una enorme tormenta sin fin. En menos de un día mi cuerpo ya había experimentado emociones que ni siquiera sabía si eran reales o no, el palpitar de mi corazón nunca había sido víctima de un casi ataque, mis pulmones nunca se habían quejado por la falta de aire, y mis labios jamás habían reclamado otros para saciar el deseo de un pequeño y dulce beso. Y en cierto punto, me estaba agradando que esto esté sucediéndome con JungKook.

Después de ese caliente encuentro mi cuerpo parecía haber olvidado cómo obedecer las órdenes de mi cerebro, y lo peor es que ni aún con los nervios y ansiedad de saber la razón de la llegada de Geuk-ssi a mi oficina, ese sentimiento no había desaparecido. Seguía ahí, mostrándose de manera evidente en el sutil color rojo carmesí en mis mejillas y en las palpitaciones aceleradas que retumbaran como tambores gigantes en mis oídos.

— Estoy segura de que ninguna de las organizadoras que había contratado se habían puesto tan borrachas nunca, sin embargo tú lo hiciste. — Había dicho Geuk-ssi dos segundos luego de que el conejito cerrara la puerta al salir. Por un segundo creí que lo que dijera después provocaría el fin de mi carrera, sin embargo fue totalmente lo contrario. — ¡Nunca pensé que vomitar con alguien sería tan divertido! — El rostro serio de mi clienta desapareció dejando en su lugar una carcajada retumbando en las paredes de mi oficina.

— ¿Qué? — No podía estar más confundida. Geuk-ssi respiró ondo tratando de tranquilizarse a sí misma para luego mirarme con una enorme sonrisa.

— ¡No me digas que no lo recuerdas, Bong-ah! Juntas creamos el "club de las ebrias borrachas en fiestas de niños". —  Su voz salió más grave de lo normal imitando al de un súper héroe fake de los anuncios de comerciales. ¿Yo había hecho eso con mi clienta? Santa María madre de Dios. — Recuérdame enseñarte los videos después. — De su bolsa sacó una carta color rosa pastel, la extendió a mí con una bonita sonrisa reluciente. — La razón por la que me he presentado hoy aquí es ésta, querida Bong-ah, mi cumpleaños es el próximo fin de semana. De verdad me gustaría que asistieras como una invitada para que así no tengas el riesgo de perder tu trabajo.

— Geuk-ssi...

— ¡Ah! Asegúrate de traer al bombón de tu asistente, estoy segura de que ambos se divertirán. — Guiño el ojo en mi dirección, tomó su bolso y comenzó a caminar a la puerta de mi oficina, la cual había sido tocada por mi asistente. Rápidamente guardé la invitación en mi bolso, quería darle la sorpresa a Jungkook después de la junta.

— ¡Hasta luego! — Geuk-ssi se despidió y JungKook se acercó a mí con su bella aura masculina. Sentí la tormenta regresar nuevamente a mí con fuerza.

No podía negar que los latidos de mi corazón iban a mil por segundo, pero sí que podía (o al menos intentaba) ocultar ese pequeño detalle desde mi pequeña reunión con Geuk-ssi, ahora ya no me sentía segura de lograr ese cometido con éste chico mirándome así.

— ¿Ya acabaron?

Los nervios se apagaron, dando paso al feo dolor en el estómago que causaban los celos. En la puerta podía verse claramente a la irritable de Jihye con su estúpida sonrisa y ojos analizando a mi asistente. ¿Se había ido con ella? Mierda. Bajé la mirada al libro de diseños tratando de ignorar por completo la presencia de mi asistente y de la loca a sus espaldas, sin embargo sentía la mirada de JungKook analizarme de manera intensa. No, por favor.

yeppeun noona ; jjkWo Geschichten leben. Entdecke jetzt