t h i r t y f o u r

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— ¿Tae?

Taehyung saltó del susto y luego su hermosa sonrisa cuadrada salió a la luz. — ¡Por fin llegas, Noona! Dios, creí que estaría aquí otra eternidad más.

Cubrí mi boca avergonzada — Lo siento, no sabía que estabas esperándome.

— No te disculpes, fue mi culpa por no haber avisado que vendría. — Me regaló otra hermosa sonrisa para luego extenderme una caja pequeña envuelta.

— ¿Qué es eso?

— Bueno, hoy me han dado los avances que has tenido respecto al proyecto y me han aceptado los diseños de las telas decorativas, así que para celebrar, ¡te he traído un regalo!

— ¿En serio lo han aceptado? — Tae asintió feliz. — ¡Cielos, que felicidad! — Aplaudí con emoción para luego tomar el regalo que extendía mi querido amigo. — No debías comprarme nada, Tae.

— No digas nada y ábrelo, Noona.

Reí y sin más obedecí abriendo la pequeña caja, donde dentro de éste se encontraba un hermoso collar de oro blanco con un dije en forma de media luna que en el medio de ésta había un corazón azul que brillaba en la obscuridad.

— Cielos, Taehyung, es hermoso, por nada del mundo podría aceptarlo... — Cerré la caja y se la extendí, Tae hizo cara de enojado y se cruzó de brazos negándose a tomar la caja con el collar dentro. — Oh, vamos...

— No, Noona, cuando lo vi de inmediato pensé en ti y no pude evitar comprarlo, así que acéptalo, por favor. — Tomó la caja y la abrió sacando de sí el collar, para luego posicionarse detrás de mí colocándolo en mi cuello. — Se ve hermoso en ti, justo como imaginé.

— Te lo agradezco muchísimo, Tae.

Taehyung sonrió feliz. — No hay de qué, ahora ya no te molesto más, tengo que ir a mi departamento, Jaemin está ahí y debo llegar antes de que traiga a sus mujeres. — Comenzó a alejarse con su mano en alto en despedida. — Nos vemos en la Empresa, Noona.

— ¡Adiós, Tae!

Me giré por fin para poner la clave y meterme rápido en el departamento, sin embargo una voz totalmente conocida y que causaba un terremoto en mi ser me detuvo.

— Que buen detalle el de Tae... — Me quedé congelada sin saber qué hacer. Escuché sus pisadas hasta que se colocó enfrente de mí. Lo miré con profundidad cayendo en cuenta del rojo alrededor de sus pupilas, del naciente moretón en su ojo izquierdo y de lo mojado que estaba haciéndome recordar la llovizna que cayó desde la mañana hasta la noche. — Taehyung tiene razón, se ve hermoso en ti... — Su mano de movió con lentitud hasta rozar la mía con su toque, haciéndome temblar. — Tú eres hermosa, Noona.

— J-JungKook...

Salí de mi aturdimiento y reaccioné alejando nuestras manos, al igual que nuestros corazones. Al instante sus ojos me miraron suplicantes, ¿suplicantes de qué? No había nada por el qué suplicarme.

— ¿Estás bien?

— ¿P-Por qué la pregunta? — Susurré con miedo a que el nudo en mi garganta no se notara.

— Hace rato te fuiste sin dejarme checar tu temperatura... si te encuentras mal podemos ir con un doctor... — No estaba enferma, estaba celosa y triste. Lo sigo estando.

— El que necesita un doctor eres tú, estás todo mojado, debes estar ardiendo en temperatura. — Y no mentía, sus sonrojadas mejillas gritaban con fuerza que su temperatura pasaba de los 36 grados centígrados. — Vete a casa...

yeppeun noona ; jjkWhere stories live. Discover now