Capítulo 8

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(Por favor reproducirla mientras leéis, no vais a arrepentidos)

Jeongin estaba nervioso.

Estaba temblando para ser exactos.

Quería que todo estuviera en perfecto estado, su habitación la había ordenado tras comer, aunque en realidad el solía conservar bien el orden. Su cama color azul pastel estaba bien, sus albumes y pósters de Twice, Got7 y Seventeen también se encontraban en sus sitios.
Sus unicornios de juguete estaban en las estanterías, en su escritorio reposaban unos lentes redondos que usaba cuando leía o estudiaba, su laptop, y algunas libretas y lápices.

La habitación de Jeongin era grande, y tenía ese toque dulce ya que las paredes y decoración era en tonos pasteles fríos.

—¿Mi pequeño Jeonginie está nervioso? —la madre veía divertida la escena, Jeongin solo sabía dar vueltas inquietamente por toda la casa.

Este se paró y la miró frunciendo el ceño.

—¡No estoy nervioso! —en realidad si lo estaba, él lo sabía, tenía muy en mente que debía dejar su timidez con él a un lado, por su bien, para que pudiera explicarle y estudiar bien con Hyunjin.

Jeongin realmente quería ayudarle, solo podía pensar en la linda sonrisa de Hyunjin aprobando con buena calificación sus examenes, y seguido de eso abrazando a Jeongin.

Notó que sonreía al pensar aquello y se abofeteó despacito.

—Hijo, sé que te preocupa no caerle bien, pues os habéis conocido hace poco...

Oh sí, claro, es eso.

—Pero eres adorable e imposible de no querer, y si Hyunjin es igual que su madre, estoy segura de que será una gran persona —intentó reconfortarle tocando la mejilla de su hijo, ella sabía por lo que él había pasado, sabía de su ansiedad y como actuaba ante ciertas situaciones, y estaba muy agradecida con sus amigos por haber conseguido hacerlo más llevadero.

Jeongin sonrió restregando su mejilla contra la palma de su madre.

El timbre sonó y Jeongin casi se cuelga de la lámpara del bote que dio. Tragó saliva y fue hacia la puerta, seguido de la madre, la abrió y apretó los ojos antes de abrirlos siendo cegados por la imagen de un tranquilo Hyunjin con expresion neutra, traía la ropa de la mañana, la cual encajaba a la perfección, eran una chaqueta negra, camiseta blanca, pantalones negros y deportivas blancas. Todo muy monocromático, haciendo juego con su blanca piel y cabello oscuro.

—Hijo, bienvenido, soy Sijoo, la mamá de Innie —Jeongin la miró mal por llamarle de manera tan cute delante de Hyunjin, este se inclinó con una agradable sonrisa ante la mujer.

—Hyunjin, es un placer.

Aquella situación conseguía tener a Jeongin nervioso y sonrojado, quería que la presentación terminara desde antes de que Hyunjin entrara por la puerta. 

Hyunjin miró fijamente a Jeongin, y este miró al suelo mientras jugaba con sus dedos.

—Ho-hola... Hyung —respiró hondo, esa tarde tenía que luchar contra su timidez, por Hyunjin.

Hyunjin lo miró enternecido, era muy parecido a su madre, compartían esos ojos rasgados que lo hacían ver como un zorro del desierto.

Jodidamente adorable.

Ahora fue él el que se abofeteó mentalmente, saludándolo de vuelta.
Jeongin lo invitó a pasar, iban a subir las escaleras hacia su habitación cuando el llanto de un bebé lo interrumpió. Hyunjin abrió la boca mirando a todos lados, ciertamente, él no sabía de la existencia del hermano pequeño de Jeongin, que apenas tenía ni dos años. 

¡No soy lindo! [HyunIN]Where stories live. Discover now