Lady Killer II .- Perfeccionando a la Asesina

¿Me amas?

Me pasé la tarde empacando mis cosas, el trabajo se me sería explicado de camino a Shanghái; estaba nerviosa, no sabía que empacar exactamente, era mi primer trabajo, y no estaba segura de poder realizarlo con éxito. Empaqué lo que creí necesario, y me senté en el borde de mi cama, mirando hacia la playa.

El sol se alzaba en lo alto del cielo, cubriendo el mar con destellos de vida, mientras las aves revoloteaban por encima de éste, creando un hermoso paisaje.

Tenía muchas cosas en la cabeza, Damon, la prohibición de mis poderes, nuestro trabajo, Damon, la creciente amenaza que Aron implicaba, Jaziel, Damon…

¿Qué pasaba con él? ¿Qué pasaría con “nosotros”? ¿Qué estaba mal?

Un ligero toque en la puerta de mi habitación me regresó al presente, no tenía que preguntar quién era, su perfume siempre lo delataba; olía como a sol y tierra bañada en fresco, como a jabón y limpio. Damon. Suspiré.

.- Adelante-. Dije mirando como entraba y cerraba la puerta detrás de él; estaba vestido con unas bermudas y una ligera playera, tenía ojeras bajo sus ojos verdes, y su cabello lucía despeinado; era el rostro mismo del cansancio.

Me miró desde la entrada, duró solo un par de segundos, hasta que su mirada bajó a la maleta que descansaba en mi cama.

.- ¿Has empacado todo?-. Preguntó sin mirarme.

.- No sabía que empacar, así que no llevo mucho-.

.- No importa, si falta algo, nosotros te lo proporcionaremos-.

Miró con gesto burlón mi desorden; yo resoplé. Acto seguido, se recostó en la cama, sumiendo mi habitación en un incómodo silencio.

Pude ver como cerraba los ojos, y fruncía el ceño, mientras sus manos se crispaban en puños, él quería decir algo, pero solo guardó silencio.

Moría de ganas de acercarme y besarlo, de recostarme en su pecho y escuchar el familiar sonido de su corazón; de poder sentir el calor que irradiaba su cuerpo, pero muy en el fondo, lo que realmente deseaba, era que él correspondiera todo eso, y una parte de mí, sabía que probablemente, él me apartaría inmediatamente, así que me contuve. Lo miré unos minutos, y decidí solo mirar por la ventana.

De repente, el paisaje carecía de belleza ante mis ojos, solo podía ver el mar clamando por el sol; pidiendo que de alguna manera, éste le compartiera un poco de brillo, calentando su gélida existencia, podía ver lo solitario que se veía, así como se sentía mi corazón.

Escuché el rechinar de los resortes de mi cama, avisándome que Damon se había puesto de pie, sus pasos eran vacilantes, pero no parecía acercarse a mí, voltee a mirarlo, se encontraba a los pies de mi cama, me miraba curioso.

.- ¿En qué piensas?-. Preguntó.

.- En el mar-. Suspiré.

.- ¿Es por tus poderes?-. Preguntó con un tono de exasperación.

Fruncí el ceño, y bajé mi mirada a mis manos.

.- No entenderías-.

Él resopló y desvió la mirada hacia el mar. Después de un par de minutos, abrió la boca, para cerrarla al instante. Me enfurecí.

.- Se que no viniste a mi cuarto a preguntar por mis maletas, así que solo dime que se te ofrece-. Mi voz sonó suficientemente dura.

Él me miró con sorpresa, pero lentamente, sus ojos se fueron llenando de ira, tristeza, y al final, resignación.

.- Yo, yo ya no puedo con esto-. Soltó de pronto, mirando a sus manos-. Y no es justo para ti, yo no deseo hacerte mal pero, al intentar protegerte te lastimo más aún-. Sus manos volvieron a hacerse puños.