Malicia

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“Tenemos a su Padre”

-Fuera Luces

Esas seis palabras estaban escritas en el papel mojado, ellos me miraron, yo salí de mi trance y grité:

.- ¡Cuidado!-. Pero fue muy tarde, una gran manta nos cayó encima, liberando un espeso gas que impedía movernos.

.- ¡Audrey!-. Gritaban los Campbell una y otra vez. Se apagaron las luces.

Sabía que estaba soñando, puesto que pude ver a mis padres en mis sueños, como cada vez que corría peligro, como si necesitaran decirme algo, pero esta vez, Zeta estaba también; sus ojos melancólicos me miraban, intentando decirme algo importante, pero yo no podía entenderlo. Mis padres lo miraban con tristeza mientras el intentaba acercarse a mí, yo no entendía, Zeta se veía lejano y gris, y justo en el momento en que una lágrima se desbordaba de sus ojos, susurraba:

“Perdóname”. Y desperté.

Hacía frío, mucho frío; abrí los ojos lentamente.

Lo primero que pude ver, fue la negrura del cielo; sin estrellas o reflejo alguno de la luna, estaba en la azotea de algún edificio, abandonado por lo maltratado de su fachada, me sentía desorientada.

.- ¡Audrey!-. Gritaron los Campbell casi al unísono. Volví en mí.

Me hallaba recostada en una trampilla de metal, me incorporé lentamente. Mientras tentaba la superficie, sentí una cadena a cada uno de mis costados, cada una llevaba a una jaula tapada con una manta, pero podía escuchar el latir de un corazón en cada una, y ambas jaulas estaban peligrosamente expuestas sobre el precipicio, sostuve ambas cadenas por instinto, ese era el objetivo. Una vez aseguradas las cadenas, inspeccioné el área, había otras dos enormes jaulas a los lados, en una estaba Jaziel y los demás Freeman, y en otra los Campbell, todos pendientes de lo que hacía.

.- ¿Dónde estamos? -. Pregunté tontamente a los Campbell. Pero no fueron ellos quienes me respondieron. La voz provenía de detrás de mí, sentí escalofríos.

.- Estamos en un edificio abandonado en Siria, suficientemente alejado de casa, y viejo para que nadie lo extrañe-. Moisés me susurró cerca de la oreja. Yo me aparte por instinto, Aron y Adam estaban con él.

.- ¿Dónde están mis Amigas?-. Pregunté alarmada.

.- Probablemente estén pudriéndose en alguna montaña de Alaska-. Aron destilaba ácido. Mi corazón latió desbocado, sentía como mi otro yo quería salir a flote, respiré hondo varias veces para impedirlo.

.- ¿Por qué hacen esto?-. Preguntó lastimeramente Christian. No pude evitar sentirme atemorizada, tres Freeman habían podido cazarnos a todos y enjaularnos; tanto los Campbell como los Freeman estaban golpeados. Adam los miró burlón antes de responder socarronamente.

.- ¿No lo imaginas? Solo puede haber una franquicia de Asesinos, no es personal, simplemente-. Miró despiadadamente sus manos.- Es mero trabajo, si la agencia se queda sin asesinos, nadie más que nosotros reinaremos dentro-.

.- Si ese es el motivo, ¿Por qué demorarse tanto?-. Preguntó Owen. Me asombró el tono despreocupado, entonces noté, que Bástian y Corban intentaban deshacer uno de los barrotes de la jaula.

Aron me tomó del cabello haciéndome gritar, acaparando la atención de todos.

.- Nos divertiremos un poco-. Y lamió mi cuello. Le di un cabezazo por reflejo.

Él se apartó agarrándose la cara, pude oler la sangre, pero estaba demasiado atemorizada como para poder alegrarme de hacerle daño. Pero el empezó a carcajearse, lo que me produjo una sensación de terror inmensa.

.- Lo disfrutaré muchísimo-. Dijo, y con un movimiento de cabeza, les ordenó a Adam y Moisés que quitaran las mantas de ambas jaulas. Una vez que ambas personas quedaron al descubierto, estalló la conmoción.

A mi lado derecho estaba Zeta, y del otro, el Padre Freeman. Apreté mis manos a las cadenas, empezaba a entender de qué se trataba.

.- Aquí están ambos padres de los clanes, el juego es simple Audrey, dentro de cinco minutos exactos, la trampilla que sostiene ambas jaulas empezará a ceder, tú deberás decidir cuál de ellas soltarás y a quién de ellos salvarás-.

.- Si decides salvar a ambos, morirás desmembrada, puede que aguantes unos momentos, pero en algún momento, tus huesos empezarán a dolerte de forma estremecedora, y soltarás a ambos, eh aquí el dilema, ¿A quién salvarás?-.

Moisés se acercó al Padre Freeman, que parecía sorprendido por la acidez de la persona a la que una vez le abrió su casa.

.- Pero para que puedas efectuar una buena decisión, revelaremos un poco de la historia de ambos-. Adam se aclaró la garganta y señaló al señor Freeman-. Empezando con nuestro él; debes de saber, que es uno de los más grandes asesinos en la historia de nuestra compañía, matando y reuniendo huérfanos-. Señaló a los Freeman.- Pero solo uno de ellos es su hijo legítimo-. Volteo a mirar a Jaziel-. Él, es su hijo, sangre de su sangre-. Jaziel no lo miraba a él, si no a su padre, mis ojos se llenaron de lágrimas.

.- Ahora-. Dijo Aron acercándose a Zeta-. Este tipo es aún peor, solía ser padre de familia, tenía una bella esposa y tenía un trabajo peculiar, trabajaba en una empresa que se dedicaba a la experimentación genética, cierto día su jefe se volvió loco y decidió experimentar con los hijos de los empleados-. Mientras decía esto, mi mirada chocó con la de Zeta, él bajo la mirada con los ojos colmados en lágrimas-.

.- No-. Susurré lastimeramente. Lo sabía, él aparecía en mis sueños por una razón. Él era mi padre, mi verdadero padre, mi corazón se agitó.

.- Sí, su esposa se embarazó dos veces, y en la segunda se llevaron a su varón y a su recién nacida-. Aron lo miró despiadadamente, avivando cruelmente el recuerdo-. Su pobre esposa no soporto el dolor y murió pocas horas después de dar a luz; pero sus hijos sufrieron un calvario, siendo marcados como animales, a fuego y metal, y expuestos a radiación-. Él me miró-. Ninguno sobrevivió.

.- ¡Mentira!-. Gritó Mark. Bástian lo sostuvo.

.- Es cierto, él los vio morir sin hacer nada, primero fue su recién nacida, después su varón, ambos murieron en un laboratorio para ratas-. Aron le gritó a Zeta.

Todos los Campbell me miraron, pero yo no podía dejar de ver a Zeta, él me devolvió la mirada y susurró “Perdóname”

Mis ojos se inundaron de lágrimas, y comencé a sollozar, me puse de rodillas sin soltar ninguna de las dos cadenas.

.- Por favor Aron, fui yo quien te ah hecho enojar, te suplico que no lo hagas-. Mis suplicas fueron en extremo lastimeras, mi voz se quebró mientras lloraba.

Aron se acercó a mí de forma lenta, yo aguardé.

.- ¿Qué tienes para ofrecerme a cambio?-. Se agachó para mirarme.

.- ¡Audrey NO!-. Gritaban una y otra vez los Campbell, incluso Jaziel.

.- Mi vida-. Le dije mirándolo seriamente a los ojos. Él pareció apiadarse de mí, sus ojos mostraron lástima unos momentos.

.- No Audrey, suéltame-. Pidió, para mi sorpresa el señor Freeman.

.- Suéltanos Audrey, vive-. Rogó Zeta.

Reinó un enorme silencio, nadie parecía tener las palabras adecuadas en ese momento. Aron levantó mi cara y me miró intensamente.

.- Morirás al final del día aun así-. Dijo toscamente.- Pero mientras, diviérteme-.

Dicho esto se apartó, miró su reloj y sonrió terroríficamente.

.- Disfruten del espectáculo, están aquí para eso-. Les dijo a los demás.

.- Llegó la hora-. Susurró Moisés, colocándose en un de las tres sillas frente a mí.

Escuchamos el ruido de las trampillas al empezar a ceder, yo sostuve firmemente ambas cadenas, no dejaría caer a ninguna.

.- Es hora de decidir-. Adam me apremió.

.- No sueltes a mi padre Audrey-. Pidió despacito Jaziel, como si no quisiera que nadie lo escuchara.

.- No lo sueltes Audrey-. Pidió Mark.

Lady Killer II .- Perfeccionando a la AsesinaWhere stories live. Discover now