Lady Killer II .- Perfeccionando a la Asesina

La Búsqueda

*Foto de Damon en Galería*
(Aaron Johnson)

Damon:

La buscamos día y noche, ese día seguimos su paso tras llenar nuestros tanques, fueron casi 15 horas en búsqueda por coche, pero nunca la alcanzamos, su rastro se perdió y regresamos a casa.

.- ¿Lograremos encontrarla?-. Mark sonaba desanimado.

.- Así nos lleve toda la vida-. Jaziel estaba furioso.

.- Ella no quiere ser encontrada-. Le contesté.

.- ¡Porque la lastimamos! ¿No entiendes? Ella debería poder sentirse segura con nosotros, pero ¿Qué hicimos? ¡Le dimos la espalda! La dejamos sola y ella decidió marcharse, es obvio, no quiere estar al lado de personas que le darían la espalda a la primera, ¡Y menos por una mujer!-.

.- ¡Eso no pasó! Yo no...-. Intenté explicarme.

.- ¿A no? Eras su maldito novio, de todos, eras el que no debía darle la espalda, pero lo hiciste, ella no volverá, pero yo la voy a encontrar-. Jaziel se acercó a mí.

.- ¡Y tu porque!-. Me levanté del sillón y lo encaré.

.- Porque yo sí la amo-. Escupió.

Y esa fue la gota que derramó el vaso, le solté un golpe directamente en la cara.

Después de ese día, todo cambió.

Nuestra vida ya no era el buscar a Aron, sino hallar a Audrey; Jaziel y yo no nos dirigíamos la palabra, pero ambos la buscábamos. Nos separábamos por grupos buscando pistas en las ciudades cercanas, pero no había rastro alguno de ella; fue como si la tierra se la hubiera tragado.

El dolor de la perdida, nos unió bastante, nuestras familias cooperaban entre sí, el único problema éramos Jaziel y yo, no podíamos vernos las caras.

Y lo odiaba, como  nunca había odiado a nadie, cada noche luchaba con las ganas de desgarrarle la garganta, de meterme, secuestrarlo y torturarlo hasta que muriera, y sabía el porqué; le tenía miedo, miedo a que pudiera encontrarla antes que yo, e incluso celos de que ella pudiera escogerlo a él.

Y ella llamó transcurrida una semana exacta, llamó a la casa, ella sabía que estaríamos esperando su llamada. Grabamos la conversación por si había pistas de su posible paradero.

.- ¿Hermano?-. Fue la primera pregunta que lanzó. Todos suspiramos al escucharla hablar.

.- Hermana-. Respondió Mark llorando.

.- Estoy bien, eh terminado de mudarme, tengo provisiones para un año entero-. Rio tranquilamente, pero no se escuchaba muy feliz, tomó un poco de aire-. No deben preocuparse por mí, he comprado muchos libros para no sentirme sola, estaremos bien-.

.- ¿Dónde estás?-. Le pregunté directamente, sin esconder la urgencia de mi voz.

Ella tomó aire y suspiró.

.- Lejos, y a salvo, lo siento-. Susurró, y se le quebró la voz.

.- Nosotros lo sentimos más-. Mark le respondió.

La llamada no nos reveló nada importante, solo que no regresaría.

Sus siguientes 23 llamadas semanales no revelaron rastro alguno.

Los días pasaron, y no la encontrábamos, a estas alturas, incluso podría estar en el otro lado del mundo y sin saberlo.

La casa se sentía gélida e infeliz, los días no podían ser más grises ahora. Sin saberlo, Audrey nos había quitado la felicidad, y nos odiábamos por ello.