Capítulo 43

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Los Ángeles, California

Han pasado dos años desde la muerte de Brooke, las cosas seguían igual de rígidas y más ajetreadas que nunca, la CIA le respirara en el cuello a la organización y a Caitlin, quien ha intentado por todos los medios posibles continuar su guerra contra MOB. Intento incendiar la casa, lo que se pudo evitar gracias a Samantha, más tarde trató de aliarse con los rusos bajo el mismo propósito, acabar con su más grande enemigo, sin saber que los rusos estaban fuera de su alcance, incluso para MOB. Ahora se encontraba escapando de la CIA y una organización secreta que quiere acabar la guerra que ella misma inició. Caitlin Hale había metido la pata hasta el fondo, estaba realmente jodida.

La luces tenues amarillas y rojas iluminan el bar Boardner's en el centro de Los Ángeles, donde se encuentra el hombre de cabello negro como la noche, trajeado y cubierto de tatuajes esperando con ansias en el rincón más oscuro del bar, con la mirada fija en la rubia alta, que se sienta en el taburete frente a la barra, su presencia es elegante y sutilmente intimidante, su mirada bañada en un color azul intenso rodea el bar con minuciosidad, esperando encontrara a la persona que busca casi con desesperación.

Pone su atención al barman que la atiende y pide un julepe de menta, identificándose como Indhira Fields. Mientras espera, cruza sus piernas y acomoda su vestido blanco de manga tres cuartos que le queda ocho dedos encima de la rodilla. Conservador arriba y atrevido abajo. 

Al recibir su bebida le da un sorbo dejando un poco de labial en la orilla del vaso, en ese momento una mujer elegante se sienta a su lado y el hombre de tatuajes en la esquina se esconde un más entre las sombras, evitando ser descubierto.

—Whiskey en las rocas para mí —ordena la morena.

—Algo fuerte —comenta Indhira con su mirada en las botellas en la repisa del otro lado de la barra.

—A veces es necesario.

—Lo es cuando algo anda mal.

—Todo en mi vida "anda" mal —masculla la morena haciendo comillas con los dedos en un tono triste y a la vez enojado.

—Soy a Indhira —se presenta.

—Caitlin —susurra.

—Bueno Caitlin, así es la vida, todo se trata de esforzarte y hacer todo lo que este en tus manos para alcanzar lo que más anhelas —comenta Indhira con su mirada fija en Caitlin, a quien conoce de hace tiempo, considera que está un poco diferente desde la última que la vio, un poco más normal y menos enloquecida a pesar de que se nota que vino a este bar a embriagarse. 

En cambio, Caitlin está concentrada en seguir escapando su realidad, la que se ha vuelto un desastre durante los últimos años, se sumerge en el vaso de whisky que se queda sin el líquido bastante rápido, siquiera le presta atención a la chica que le habla, mucho menos al hombre que observa cada uno de sus movimientos.

—Sí, bueno. —Toma un sorbo de su vaso—. A veces no es tan fácil conseguir algo que realmente quieres.

—Nadie dijo que sería fácil, pero tampoco tan difícil —responde Indhira cruzando sus piernas y apoyando el codo en la barra para sostener su barbilla y fijar su vista en Caitlin—. Además, si quieres algo lo suficiente, no importará que llegues a eso un poco rota, porque cuando obtienes algo que anhelas todo el dolor se va y lo único que queda es la satisfacción y el hecho de que joder, lo conseguiste.

Caitlin finalmente pone su atención en la chica y la inspecciona de arriba abajo hasta caer en su mirada azulada, sonríe de lado y le cuestiona: —¿Eres psicóloga o algo así?

Escape: Brooke © PAUSADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora