CAPÍTULO CINCUENTA Y NUEVE.

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Narra Jake.

Estábamos a Martes. Casi hacía una semana desde que había despertado y había vuelto a recordar todo.

Desde que el sábado me había confesado aquello no había podido dormir bien. ¿Cómo podía decirme que estaba enamorada de Robin?

-¿En qué piensas tanto? -me preguntó Matt.

-¿Cuándo fue ese partido de Volleyball donde Alice se dobló la muñeca? -pregunté curioso.

Había algo en la respuesta que me había dado que no me cuadraba.

-¿Qué partido de Volley, Jake? Tú le hiciste eso a Alice, ¿no te acuerdas?

-No me acuerdo de nada de lo que pasó cuando estaba amnésico. Y al parecer Alice no quiere que me acuerde.

-Yo no he dicho nada. Pensaba que se te había ido la memoria de nuevo. Según el padre de Alexa tenemos que recordarte las cosas por si acaso.

-Quiero que me expliques por qué le hice eso.

Matt, se resignó a contarme todo lo que había pasado con Melodie. Cómo yo le había agarrado de la muñeca hasta hacerle un puto esguince de segundo grado. Dios mío, soy un monstruo.

-Soy como él -susurré más para mí que para él.

Matt me pegó bastante fuerte en la cara con una almohada.

-No vuelvas a decir eso.

-Es la verdad Matt. ¡Le he hecho daño a Alice! Daño físico, como él hacía. No quiero que esté cerca de mí nunca más. No soy bueno para ella.

-Deja de desvariar. Ella es la que decide eso y si no te lo ha contado será por algo. ¿No crees? Si ella te tuviese miedo o se hubiese enfadado por aquello sabes que te lo habría dicho. Sabes que ella no sé va a ir si no le das un buen motivo.

-No estoy seguro de eso. ¿Te he dicho ya que dice que está enamorada de Robin?

Matt se echó a reír.

-¿Alice enamorada? Nadie se cree eso -contestó sin dejar de reír y yo lo miré serio- No puedes hablar en serio.

-Completamente en serio.

****

Después de que Matt se fuera a mitad de la tarde porque decía que tenía que preparar un examen me puse a estudiar todo lo que llevaba de retraso.

Tendría que ponerme a fondo para conseguir mantener la media alta. Mi madre había venido por la mañana y se había ido para hablar unos problemas con la casera. Espero que no nos echen de la casa o tendremos problemas de verdad.

-¿Podemos hablar? -preguntó una voz masculina entrando en mi habitación.

-¿Qué mierda quieres Robin? -pregunté molesto sólo con verle.

-¿Sabes dónde está Alice? -me preguntó ignorando mis pocas ganas de hablar con él.

-¿Por qué tendría que saber dónde está tu novia?

-Primero: no es mi novia, segundo: siempre está contigo y tercero: ¿Por qué dices que es mi novia?

-La besaste el sábado -musité enfadado.

-¿Estás celoso Sullivand? -preguntó burlándose- Realmente me besó ella y ahora no me habla.

-Es lo que tiene besar mal -me burlé yo ahora. Él me dio una sonrisa y se sentó en la silla cerca de mi cama- Eh, eh, no te sientes.

-No he parado de llamarla y no me lo coje. No sé que hacer.

-No soy psicólogo Robin. Busca a otro para estas tonterías.

Tal para cual.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora