Capítulo 2: Presentaciones

328 49 16
                                    


Primero entró Nanaba, yo estaba detrás de ella. No se veía nada, estaba todo totalmente oscuro y de repente un gran ruido se oyó.

- ¡Ayuda, ayuda, por favor que alguien me ayude! - era la voz de una chica, no me sorprendí, no daba miedo. Nanaba se acercó al interruptor y encendió las luces, visualicé a una chica, tenía una coleta y gafas. Fue lo primero que ví, seguí bajando hacia su cuerpo y solo llevaba un camisón ¿lleno de sangre?, cubierta por una bata.

- Hanji...no das miedo - comentó Nanaba, señalando a la chica que se encontraba en mitad del pasillo.

- ¿Eh?¿NO?!¡MENTIRA, ESTAS MINTIENDO! - gritó aquella extraña chica, señalando con su dedo índice a Nanaba y acercándose a ella en enormes pasos - Dime Nanaba... ¿Qué tienes ahí detrás? - preguntó, mientras me miraba con una enorme sonrisa en su rostro y a la vez... ¿sonrojada? Sin duda, esta tipa estaba loca.

- Soy Mikasa Ackerman, estaré aquí durante todo el curso y el que viene. Espero que nos llevemos bien - me presenté dándole mi mano, en señal de saludo. Fue... lo peor que hice.

- Mikasa.... ¡Mikasa Ackerman! - gritó dejándome medio sorda - Yo soy Hanji, Hanji Zoe ¡Encantada de conocerte! - cogió mi mano vacía y la movió hacia arriba y abajo con mucha fuerza, zarandeando también mi cuerpo - Te los presentaré a TODOS - puso demasiado extasis en la última palabra y volvió a tirar de mi mano, lo que hizo que me troprezara, sin llegar a caerme. Sin duda, lo peor que pude hacer, ¿por qué se me ocurrió la idea de darle la mano?
En segundos, me encontraba en mitad del pasillo, donde antes esta loca estaba. Todavía llevaba en la mano izquierda mi maleta y en la espalda la funda. Intentaba soltarme del agarre pero era imposible, de repente una puerta detrás de mí se abrió.
Salían dos chicos, eran de mi misma altura y estaban discutiendo sobre algo, estúpido, seguramente.

- ¡Vosotros! - les gritó Hanji - Miren, es nueva - dijo señalandome.

Los chicos se callaron, no paraban de mirarme, de arriba a abajo, todo el rato,estaba empezando a perder la paciencia, así que hablé.

- Hola, soy Mikasa Ackerman - los miré con una cara de asco, para que dejarán de mirarme.

- Oh... Hola Mikasa - dijo uno de ellos haciéndome una pequeña reverencia - Soy Jean Kirstein, es un placer conocerte. Espero que tu seas la mujer que ilumin... - fue interrumpido por el otro chico.

- Ya para, cara caballo, no ves que no le importa - dijo mirándome - Ah, y por cierto soy Eren, Eren Jaeger. Espero que estés a gusto aquí, Mikasa.

- ¡ Y tú que sabes si le importa o no, estúpido suicida! - gritó Jean, cogiéndole el cuello de la camisa al castaño.

- ¡Parad! ¡Estúpidos! - gritó Nanaba.

¿Qué pasa... todo el mundo se comunicaba gritando? - pensé

- Lo sentimos Nanaba - se fueron corriendo pasando por mi lado hacia otra puerta.

- Somos un poco ruidosos - dijo Nanaba, haciendo una señal con sus dedos, pulgar e índice.

- Mikasa - miré a la persona que seguía sosteniendo mi mano - Vamos arriba, te enseñaré tu habitación - y sin dejarme responder, volvió a tirar de mi mano escaleras arriba.
.
.
.
.
.
.

Llegamos a una puerta, Hanji por fin soltó mi mano y me informó.

- Esta es tu habitación, esta de aquí es la mía - señaló otra puerta, en mi lado izquierda - Y aquella de allí es de la chica patata - situada esta vez en mi parte derecha. Bien, muy bien, justo en medio, como a mí me gusta. Pegada a gente ruidosa, sin duda lo mejor y espera.... ¿chica patata? - Si necesitas algo, avísame. Pero... - se calló, poniendo su mano en la barbilla y mirando hacia el techo - No, da igual, vendré a por ti dentro de poco - me guiñó el ojo y se fue corriendo hacia abajo.

El Arte De Amar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora