Capítulo 15

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Me quedo paralizada después que las puertas se cerraran, «algo no está bien» me digo al tener esa sensación de que algo va a salir mal; comienzo a mover mis piernas, pero cada cierto segundo miro hacia atrás

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Me quedo paralizada después que las puertas se cerraran, «algo no está bien» me digo al tener esa sensación de que algo va a salir mal; comienzo a mover mis piernas, pero cada cierto segundo miro hacia atrás. Me olvido por completo de la bebida y en la primera papelera, la echo; al girar mi vista en la ventana de la habitación en donde está Eliseo, mi corazón late de emoción al verlo despierto, sin esperar, entro a la habitación.

—Estás despierto —murmuro aliviada y le agarro la mano, él la aprieta como puede.

—Desperté hace unos segundos —su voz es como un susurro.

—¿Quieres agua?

Pero él menea su cabeza.

—Te quería ver —dice—, necesitaba saber que estuvieras bien.

—¿Recuerdas lo que pasó?

—No mucho —y arruga un poco su rostro, tratando de recordar—, solo sé que Camilo te tenía y después él me disparó, por un momento tuve la sensación que fue a ti a quien disparó, pero todo fue un juego...

—Tómalo con calma —digo al ver que se está esforzando, coloco mi mano en su frente para que se relaje.

—¿Qué pasó luego? —insiste—, ¿llegaron a tiempo?

Retiro mi mano de su frente y desvío la mirada en él, muerdo mi labio inferior en busca de las palabras para decirle lo que realmente pasó. Alejo mi mano de la suya y comienzo a tronarme los dedos, y el sonido de este me calma un poco.

—Odette, ¿qué pasó?

—Ellos no llegaron a tiempo —cuento—, cuando Camilo te disparó, tenía los segundos encima, y estaba al lado de tu arma.

Esta vez agarro valor y vuelvo mi vista a él. Su expresión es de asombro, pero hay una parte de él que necesita que confirme lo que está pensando.

—Yo maté a Camilo, Eliseo.

Hubo un momento de silencio, no tan quisquilloso y molesto, pero sí hay algo que lo vuelve denso y hasta al punto de sentir ansiedad de su respuesta. Eliseo hace el intento de sentarse, lo detengo colocando mis manos en su pecho con cuidado, él no se había recuperado del todo.

—No, necesitas descansar —le digo—, recién has salido de una cirugía.

—No puedo, no puedo —repite—, tú estás en peligro. ¿Khalid lo sabe?

—Sí, todos lo saben —agrego—, Tiburón me dejó el celular de Camilo en la habitación donde me quedo.

—¿Y cómo mierda llegó ese celular ahí?

—Cálmate. Hubo un traidor, ya se encargaron de él —digo rápido al ver su mirada—, pienso que fue él quien lo colocó, la última vez que vi el celular fue cuando lo maté.

—Oh, Odette... de verdad lo siento mucho... no quería que tú...

—Tranquilo, estoy bien, ¿sí? A demás, era la única salida, si no quien sabe qué me hubiera pasado —le regalo una sonrisa.

Khalid CafieroWhere stories live. Discover now