Acto 15: El anuncio -Escena 04-

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Gjon de pie, miró de reojo sus ventanas. Los alienígenas salian con cierto encanto, abrumadora felicidad sin razón. Sorbió su vaso de agua pura al ver que en efecto, un par de vehículos se estacionaban con suavidad.

Se giró, recto hacia todo el conjunto de las imágenes, puso su vaso sobre el mueble, y sus manos las acomodó en su cintura.

La luz del floreciente cielo de color oscuro se inflitraba en la habitación. Continuaba ignorando a los hombres sentados.

—Gjon, tratamos permanecer aquí inertes, sin intención de irrumpir tu concetración, pero nos estamos preguntando, Kiro y yo, ¿por qué nos necesitas aquí?—miró a su compañero, frio e impasible a lo que decía. Estaba en un estado de meditación. Su indumentaria rojiza, de tela opaca, y de ausencia de zapatos, mostrando sus gordos dedos de los pies, mostraba su posición en su habitación: Una completa indiferencia. Se despertó abruptamente, con sus brillantes ojos miel, le miró a él y después a Gjon—. Ahora que has salido de tu sueño profundo, quiero...; más bien, exijo Kiro, que me ayudes. Estamos sentados, sin hacer nada en lo absoluto. Comienzo a cansarme de la nada, de la inutilidad—chisteo sardónico—. Dime, Kiro, ¿no piensas, al menos, que deberíamos estar en este preciso momento, junto a nuestros compañeros en nuestros centros?

—Ah—Kiro levantó su mentón, echo una ojeada a Gjon, incrédulo—. Reul, hermano. No necesitamos estar alla. Gjon, nos tiene algo preparado—metió su mano en el hueco que formaba su camisa y su pecho. Se levantó y con pasos encorvados se dirigió hacia Gjon.

—Asi es Kiro—volteó su cabeza hacia Reul, sin mirarlo—. Sigan con sus enmudecidos rostros un poco mas—sonrió amargamente. Con su brazo hizo un ademán hacia la mesa—. Estarán sedientos. Tomen la necesaria y rellenen la jarra cuando terminen—continuó con su fría mirada hacia las ventanas, ahora viendo más alla de las imágenes; contemplando el Sol ocultándose tras el palacio, iluminando el techo de este, marrón pálido. Quedo hipnotizado brevemente. Parpadeo y volvió su vista hacia las imágenes.

Tenía frente a él, al joven Besnik, explicando el contenido del diario a Kella. Del otro lado, un dueto de invitados, recolectando en un pequeño contenedor transparente un par de muestras de las hojas del árbol de ferre. Inusitado, mencionaba a su compañero el contenido de la información de la hoja. Después, le preguntó al guía, si era comestible. Afirmó él. Debajo de aquella ventana, un guía mostraba entre sus manos, el muzikant, y en volumen bajo comenzó a tararear: << Bum bap bap, bummm baaaap >> Los alienígenas se sentían desconcertados y apuntaban con una esfera hacia el objeto. Parecian asegurarse y volvían en una mueca mas alejada que una sonrisa hacia el guía.

—Oh, deseosos de puro conocimiento—le sonrió Kiro a las imagenes—. Continuen y no se pierdan ningún detalle. Por favor.

Reul, con sus delgadas y largas piernas se puso de pie. Era de una estatura muy superior a Gjon o Kiro. Los brazos cortos y piernas largas no favorecían a su aspecto físico; aún asi, su detallado y perfilado rostro hacia que fuera más fácil verle sin cuestionarse, si podría decirse, la deformidad de él.

—Kiro, ellos, con su mente curiosa. Hallaran el verdadero cambio. Comprobaran la voluntad del ser humano y su deseo de superación—se acercó a Kiro y dio golpecitos con sus nudillos flojos al hombro de Kiro; impetuoso—. Estaremos próximos a contemplar como quedaremos como la mejor impresión. Nos admiraran.

El líder cerró medianamente uno de sus ojos; entregó una ligera sonrisa y asintió con su cabeza.

—Parece un deseo mas que satisfactorio si se llegase a concluir. Incluso, muy halagador... Sin embargo, bastaría con el hecho de una relación rápida y fructifera— sacudió sus brazos y despego un poco las mangas de su camisa—. Que se retiren rápidamente. Obligandonos a no permanecer en un estado de alerta constante—se dirigió a Reul—. Es agotador.

—Líder Gjon. Noticias de grado urgente—interrumpió Ardit en la mente de Gjon.

—Dime—contesto girándose hacia un lado.

—El visitante Talim, ha ofrecido una permanencia a una unión...; donde pertenece sus sociedad y... Aceptaron ingresar—dijo con cuidado la última frase—. Añadiendo la cuestionable manera de empezar este ingreso y el cual será develar cuestiones que pondrán en juego la mente de la población. Pronto le entregaré esta y demás información líder Gjon.

—Ellos...—suspiró—. Excelente trabajo Ardit. Regresa ahora mismo.

Se corto en el momento la voz de Ardit.

— ¿Ha pasado algo Gjon—preguntó Kiro, arrugando la nariz.

Gjon tenía en su vista las veloces imágenes que, ahora transcurrían lentamente. Besnik y sus acompañantes invitados salian del palacio. A su derecha de Gjon, Reul hablaba a Kiro, escuchándose un eco en la habitación para el líder.

—Insisto. Deberan admirar a la raza humana en su largo progreso.

Kiro enmudecido solo le asintió, volviendo su fría mirada a Gjon.

—Estamos en una complicada situación Kiro y Reul—dijo el líder acremente—. Los presidentes han tomado una decisión que definitivamente afectará a todos: una inclusión a una unión. Dando como primer paso, un anuncio; aprobado para emitir, por parte de los líderes.

— ¿Dejaremos que suceda? ¿Qué supondría hacer una intervención pronto?—inquirió Kiro levantando su mentón y mirando hacia fuera del edificio.

—Debe suceder de forma natural—musito molesto y luego recobró un rostro tranquilo—, no podemos intervenir; crearíamos un mayor caos. Dejemosles. Permitamos que hagan su anuncio.

Reul exhaló y meneó su cabeza. Después, dijo:

—Resta únicamente prestar aún más atención.

—Si.

— ¿Y el joven Ardit? ¿Es quien te comunico?—cuestionó Kiro.

—Llegará en breve. Podremos analizar con sumo cuidado la información y dar una orden concisa—se dirigió hacia los dos hombres, les sonrió—. Es donde su preciada presencia será de mayor utilidad. Apoyaran con esta decisión.

Kiro, teniendo la responsabilidad de líderar el Resguardo del Conocimiento Militar y Reul, como guía del centro de investigación de avances progresistas (CEIAP), podrían afrontar y compartir la última decisión con Gjon. Conformando un soporte moral.

El ancho elevador hizo su llegada al fondo de aquella habitación; fuerte luz naranja sobresalía de los bordes de la puerta sólida de color gris metalico. Se abrió, y Ardit algo agitado y con poco sudor en su frente, la limpiaba con el dorso de su mano.

—Líderes—saludó.

Gjon giró su cabeza hacia un costado y de reojo contestó:

—Ardit, me alegro que hayas podido llegar tan rápido—se giró totalmente y se dirigió hacia él, pasando por unos rectángulos fosforesenctees que cubrían un piso liso.

Ardit, de un pequeño maletín oculto en su chaqueta, sacó y extendió hacia Gjon un objeto.

Gjon lo aceptó con sus dos manos, le sonrió y le felicitó dando unas ligeras palmadas en su hombro. Miró el pequeño objeto y lo abrió, sacando una delagda y amarilla tarjeta.

— ¿Han firmado ya?—le preguntó Gjon.

—Lo han hecho—señaló a la tarjetita—. Todo esta ahí. Hace poco Wilk me informó que comenzaban a organizar el lugar para el anuncio. Aún, la gente figura no saber.

—Te lo agradezco Ardit—echo una ojeada a las ventanas; un par de hombres acomodaban una base lujosa, la Vetmi, se dijo.

La tarjeta se ingresó en un compartimiento en la esquina de la pared, cercas de las ventanas. Y la mitad de las imaganes se volvieron una, transmitiendo la reunión. La contemplaron con atención. Ardit decidió prestar sus ojos hacia la otra mitad que todavía se mantenía monitoreando a los visitantes.

ODISEA ÁNIMAWhere stories live. Discover now