Acto 12: Un ansiado advenimiento -Escena 04-

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Talim, encantado que el ser humano haya entenido las intenciones de los Martyrianos comentó:

—Y con agradecimiento, aceptamos su bienvenida—emitió el traductor hacia el humano.

Dio una señal con su mano alzada y vehemente los demás humanos parecían elimar aquellos rostros de temor. Habia calma. Un par de humanos vestidos con llamativos atuendos se presentaron también.

—<< El es el representante. Julian >>— comentó uno de ellos.

Talim entendió este tipo de formalidad y respondió:

—Soy Talim, líder de esta misión.

—<< Un honor líder Talim. Aún sería un honor mucho mayor, si pudiese acompañarnos, nos encantaría que observará nuestra sociedad, nuestra tierra. >>

Una invitación, sin conocimiento acerca de posibles e indeseables acciones. Talim miró a su amigo, el piloto. Solo se observaron mutuamente. Talim afirmó y con diligencia aceptó.

Julian ordenó a sus hombres un transporte. En una rápida respuesta, llevada a cabo por órdenes en cadena, un ovalado y morado objeto se detuvo a unos cuantos pasos de los líderes.

Talim regresó su vista hacia atrás, hacia su nave, giró su vista al cielo y comentó:

—Espero no ofender su oferta. Pero aún faltan un par de grupos Martyrianos más.

El líder humano, ciertamente sembró una duda en su cabeza. ¿Aún mas? ¿Para que traer más? Se hallaba confuso; incertidumbre de una respuesta. Cifró en su mente distintas y peores situaciones, si se llegase a tratar de algo más. No lo creyó. Talim no lucía como un alienígena que deseara acabar con los humanos. Ya lo hubiese ejecutado, era lo que se planteó. Aún las las esquinas de su boca se flucturaron en una sonrisa y accedió a la espera.

No paso demasiado tiempo. Julian solo quería corroborar que la siguiente nave que llegara fuera lo más similar a la tripulacion que había arribado. Y, efectivamente lo fue. Un trio mas bajó de una nave.

Las personas sentían un temor, como si fuese la primera vez, de nuevo. No paso nada. Volvian a traer consigo la capa plateada. Una maravillosa señal. Fue de inmediato y Julian se tranquilizo, dejo la paranoia para después.

Julian por precacución parecía tener intención de irse al momento de subirse en aquel ovalo semi-descubierto. Talim entendió que quizás seria una verdadera ofensa hacia la raza humana hacer que el líder cambie sus opiniones. Ya había pasado en el planeta Thiwac, no podía esperar para saber la respuesta.

—Bien. Pronto llegaran las siguientes naves. Creo que podrían alcanzarnos rápidamente al destino que planea, líder Julian—gesticuló Talim.

—<< Si, no hay de que preocuparse. Me encargaré de recibir a cada uno en la capital. Mi equipo se quedará a esperar hasta la última tripulación si asi lo desea. Tendrá cada uno un transporte similar a este >>— dio una palmadita a la palanca de manejo.

—Un grupo de espera me parece lo más indicado. Se lo agradezco sinceramente. Aún restan cuatro grupos más.

Julian hizo un gesto con un par de sus dedos y toco el hombro de uno de sus hombres.

—<< Ya le he informado al equipo de bienvenida de su demás tripulacion. >>

◊Después de 5 horas terrestres

La multitud que había quedado perpleja ante la llegada de los alienígenas se había reducido drásticamente, siguiendo al líder Julian y a los visitantes Martyrianos. La última nave se asomó por las oscuras nubes del cielo. Zulet estaba algo cansada y con demasiado pavor ante la nula llegada de Bashkim. Realmente agradeció que Zulet estuviera aún dormida, no quería ver el rostro de una niña triste y que pensaró lo peor.

Un aterrizaje furioso, como si tuviera una exagerada prisa en realizar algo.

Primero bajo del navio el actor. Aruti lo reconoció enseguida. Se alegró, pero aún quedaba la duda del piloto.

Segundo, un joven. Imposible para ser piloto. Recordó el hecho que Lautaro tenía un hijo y enseguida lo relacionó con eso.

Tercero, la cientifica. No la reconoció completamente, pero el traje dorado, con aquellas franjas negras, pertenecial al CEICM.

Por último, Bashkim, con un rostro entre sorpresa y miedo se estaba limpiando sus manos en la superficie de su traje.

Aruti despertó abruptamente a la niña.

—<< ¡Vamos! Al fin tu padre ha llegado >>—siguió con su esfuerzo hasta al final lograr despertarla—<<. Esta ahí. Ese que esta buscando donde esta la esfera grabadora. >>

Le pareció gracioso, ese era su padre. Estaba haciendo un gesto hacia la esfera la Musalij—puesta por Talim antes de acompañar a Julian—, ella en saber que estaba con bien y en una nueva aventura. Se miraba feliz. Le encantó ver esa imagen. Siguió contemplando la proyección. Ahora se encontraba completamente atraída por la misión. Deseaba saber que es lo que sucedería. 

ODISEA ÁNIMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora