41. Ensordecedor

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—No soy indiferente. ¿Pero te gusto? Porque este tema de ser gay no significa que debas arrojarte a cualquier chico y estará bien porque no sea una chica. Hay gente que te gusta y gente que no.
Alec pensó en su habitación en el Instituto, estando en un dolor delirante y veneno cuando Magnus entró. Apenas le había reconocido. Estaba casi seguro que había estado gritando por sus padres, por Jace, por Izzy, pero su voz solo podía salir en un susurro. Recordó las manos de Magnus sobre él, sus dedos frescos y suaves. Recordó el agarre que mantuvo en el pecho de Magnus, por horas y horas,  incluso después de que el dolor se fuera y sabía que estaría bien.
—Sí –dijo Alec–, me gustas.
(El beso: extra de Ciudad de hueso)

* * *

[Día 16]

Magnus estaba pasando distraídamente sus dedos bajo los ojos de Alec, acariciando suavemente con el dorso de éstos esa piel tan suave y pálida.

Habían estado practicando con magia de nuevo, aunque sin flechas porque el miedo de Alec a volver a herirlo era demasiado, incluso si Magnus insistía en que no debía preocuparse por eso, no había sido grave y Alec lo había hecho muy bien.

Pero Alec era tan bueno. Realmente un ángel, si le preguntaban a Magnus.

Y tal vez él era el demonio tentando al bien...

Hubo un suspiro cuando se preguntó si realmente estaba haciendo bien, aunque Alec también estaba en esto, se lo había dicho con palabras y su cuerpo lo confirmaba, no podía evitar la duda y la culpa. Él era un viejo brujo, con una fama no muy buena, mientras que Alec era un joven shadowhunter sin experiencia alguna y tan necesitado de afecto que tal vez no era a Magnus a quien realmente quería, sino sólo una vía de escape, una oportunidad...

—¿Qué es lo que te pasa? –Alec se movió y giró ese bello rostro hacia él, incluso si no podía verlo, su ceño fruncido. Una de sus manos atrapó la de Magnus, sin miedo alguno, sin temor, sus dedos rodearon su muñeca sin dudar, como si hubiera sabido exactamente donde estaba.

Magnus se sobresalto debajo de Alec. Por un momento pensó que le había incomodado que estuviera tocando tan cerca de sus ojos o el contacto físico...

Tal vez estaba siendo demasiado, demasiado rápido.

Magnus empezó a moverse para salir de debajo de Alec. Habían caído rendidos en el sofá después de su entrenamiento, y Magnus no había dudado en atraerlo sobre él ni Alec en derrumbarse sobre su pecho, sus corazones alineados habían igualado un ritmo lento en pocos minutos. Sus cuerpos amoldándose y de nuevo era como si no fueran las primeras veces, ¿por qué rayos se sentía tan familiar?

Aunque aparentemente era sólo del lado de Magnus. Aunque no habían hecho más que besarse y recostarse juntos, tal vez era demasiado para Alec.

Pero entonces Alec clavó su cuerpo con fuerza contra el de Magnus, obviamente deteniendo su intento de huida. Su rostro se acercó a su brazo, su nariz lo recorrió en una caricia hasta que sus labios tocaron el punto en su muñeca donde pudo sentir su pulso acelerarse –a la par que Magnus lo sentía en su pecho, su corazón vuelto loco sólo por un beso–, la nariz y los labios de Alec siguieron después la línea de su pulgar, Alec beso la yema de cada dedo, de esos dedos que habían estado sobre su rostro hacía un instante, esos dedos que debían brillar con la poderosa magia que lo había traído a él.

—¿D-de q-qué hablas? –la voz de Magnus tembló y eso nunca le pasaba a él, se aclaró la garganta antes de seguir: —No me pasa nada, ¿te molesté o lastimé o...?

Alec negó, apoyó su barbilla en el pecho de Magnus, sus ojos fijos en los de gato, tan intensos como si realmente lo vieran. Alec no soltó su mano, sólo deslizó sus propios dedos para poder entrelazarlos juntos, deslizó ambas manos hasta meterlas entre los pechos de los dos.

—De repente te quedaste muy callado. ¿Has escuchado eso de "silencio ensordecedor"? Cuando pierdes la vista y dependes de los demás sentidos... Tacto –él movió sus manos juntas mientras lo decía–, olfato –su nariz se movió, haciendo reír a Magnus– gusto –sus mejillas se ruborizaron mientras se arrastraba lentamente en un ataque de valentía hasta encontrar sus labios y besarlo suavemente, su lengua acariciando el inferior del brujo antes de retirarse–, oído –terminó con un suspiro–, realmente el silencio llega a ser ensordecedor.

Magnus pasó su mano libre sobre la espalda baja de Alec.

—Entiendo. No quería incomodarte, sólo estaba...pensando.

—¿Te arrepientes ahora? –Alec se notó menos seguro de repente–. Sé que tú eres físicamente muy bello y yo...bueno yo... Y... Cuando me vaya al terminar... Y si supieran... Soy ciego, un cazador de sombras y...

—Sshh –Magnus movió sus manos juntas, rozando los labios de Alec, deteniendo sus balbuceos–. ¿Tú realmente crees que a mí me importa que tú seas ciego o lo que la gente dirá? Además, entiendo que no puedas verte, pero yo lo hago, y eres hermoso, Alexander. Tienes el rostro y el corazón de un ángel, incluso esos ojos parecen trozos de cielo de tan azules que son...

Alec se ruborizó profundamente. Nadie nunca le había dicho algo tan bello. —¿De verdad?

—Claro. Tus ojos son tan azules y...

Alec soltó una risita y negó. —No, ¿de verdad no te importa lo que los demás dirían? ¿O que yo sea ciego?

Magnus se alzó lo suficiente para besar la nariz de Alec. —No me importa lo que diga la gente, nunca lo ha hecho. Y en cuanto a tu ceguera, me duele que no puedas ver, lo que te pierdes debido a ello, pero eso es todo. No te tengo lástima porque no la mereces, Alexander, eres capaz de muchas cosas y espero que lo sigas haciendo cuando ya no entrenes conmigo...

Alec hizo una mueca. Eso sonaba como "Cuando ya no estemos juntos."

—...te admiro y realmente no podría importarme menos que no puedas verme. Sé así que no me quieres por mi cuerpo o mi rostro, sino por mi corazón.

Y Magnus sonrió tan ampliamente que incluso si Alec no podía verlo, lo escuchó en su voz, lo sintió, y sintió el suyo romperse.

"O por tu magia. Yo vine inicialmente por tu magia..."

—¿Crees en el destino, Alexander? Porque yo no lo hacía, pero ahora, teniéndote aquí tan cerca de mí y sentir como si hubiéramos sido hechos para estar juntos, creo que existe y que esto siempre estuvo destinado a suceder. Tú y yo. Aquí, ahora, en estas circunstancias.

Alec sintió sus ojos llenarse de lágrimas y un nudo en su garganta. Él no sabía si creía en el destino o si esto era destino; y si lo era, era una especie de juego retorcido haberlos llevado hasta aquí en estas circunstancias...

Pero Magnus estaba diciendo que no le importaba que fuera ciego. Y eso lo cambiaba todo.




CONTINUARÁ...

No había planeado este capítulo para hoy, pero sucedió 😅

¿Qué piensan de este capítulo? 😭 las palabras de Magnus, los pensamientos de ambos... A veces me dicen que prefieren más diálogo que narración o descripción, pero pienso que en ocasiones es más importante lo que los personajes sienten o piensan y para mí ésta es una de esas historias 😅

Momento para que me dejen sus últimas teorías sobre Jace. El siguiente capítulo sabrán dónde está 😱

Olvidé decirles aquí, hice  un grupo de facebook para mis historias (avisos, actualizaciones, etc), por si quieren unirse, el link está en mi tablero y en mi perfil o lo encuentran como LuisaConejo BL 😊

Caecus amor (Malec)Where stories live. Discover now