10. Confianza

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Alec intentó respirar con calma, llevar oxígeno a sus pulmones y a su cerebro, concentrarse en la realidad, en lo que tenía que hacer, y no sentir.

Mordió su labio inferior fuerte, hasta probar la sangre, intentando concentrarse. Sólo necesitas saber si realmente es como en tu sueño, reconocer su rostro. Nada más.

Nada más.

No podía ver sus ojos, eso nunca podría hacerlo con sólo sus manos, pero ya sabía que sí eran ojos de gato. Arrastró sus dedos por el cabello sedoso de Magnus, enredándolos entre sus mechones, tampoco podía saber de qué tono era su cabello y eso no cambiaba nada, eso -en un brujo- no tenía importancia, podía cambiarlo a su antojo. Después bajó su dedo índice, siguiendo la línea de su nariz, tratando de compararla con la de su sueño, su dedo resbalando bajo los ojos cerrados de Magnus, sintiendo los párpados, acariciando las pestañas, delineando sus cejas...

Alec sintió sus propios ojos llenarse de lágrimas. Nunca había estado tan cerca de alguien, nadie además de Izzy le permitió hacer esto, nadie confió en él lo suficiente. ¿Por qué lo hacía Magnus? ¿Por qué tenía que ser justamente él?

...sintió sus mejillas, la dureza y belleza de sus pómulos. Las curvas de sus finos labios. La calidez de su piel. La forma de su mandíbula, su barbilla. Cómo su piel se estiró cuando Magnus sonrío en el momento en que Alec bajó una de sus manos hasta su cuello, apenas tocando, sintiendo el pulso acelerado.

Sus labios se entreabrieron cuando Magnus se rió y se retiró un poco, rompiendo el contacto. Pero ya no importaba, fue suficiente para sentir que aquel rostro era el de su sueño, era él. Vio a Magnus en su sueño. La pregunta era cómo o por qué.

-Lo s-siento -Magnus rió-, me hiciste cosquillas.

Alec quiso sonreír, pero estaba demasiado distraído, tratando de comprender. Apenas pudo balbucear un "Gracias".

Magnus le restó importancia moviendo su mano, aunque Alec no pudiera verlo. -No fue nada. En cierto modo, lo entiendo. Tienes que sentirte cómodo conmigo, confiar si es que voy a ayudarte, ¿cierto? Y si tienes una imagen mía, tal vez sea más fácil. Además, es lo que queremos, que uses tus demás sentidos y seas autosuficiente, que demuestres que puedes. ¡Lo vas a lograr, Alexander! Lo vamos a l-lo-grar... -la última palabra le falló un poco cuando puso una mano en el brazo de Alec y luego se alejó cuando su cuerpo se llenó de sensaciones que no eran bienvenidas.

No. No con Alexander Lightwood. No con un cazador. No con un niño que sólo pedía su ayuda, como él varios siglos atrás.

-¿Has hecho eso con alguien antes? Me imagino que te ayuda...

Alec negó. -Sólo con Izzy, mi hermana, lo habría hecho con Jace, pero... -su voz se fue apagando.

Magnus lo miró, pero no presionó. Sabía lo de Jace Herondale, por supuesto. Pero Alec se lo diría si quería y cuando quisiera.

-Está bien -Magnus bromeó, alejándose otro poco-. Es que soy especial.

Lo eres, pensó Alec, para tu desgracia, lo eres.

-¿Tienes hambre? -gritó Magnus, desde la cocina-. Podemos comer y mañana seguimos con algo de magia, algo pequeño para empezar y que no vuelva a pasar lo de hoy. Confía en mí, Alexander.

Tú no deberías confiar en mí, pensó Alec, no creí que sería tan fácil.

De camino a la cocina, casi tropezó con Presidente. Alec hizo una mueca, parecía que Magnus confiaba en él pero no su gato.




CONTINUARÁ...

Sobre Jace, más adelante sabrán lo que pasó con él. Y sobre el secreto de Alec, deben poner atención porque no lo diré directamente hasta que sea Magnus quien lo descubra 🙈 pueden descubrirlo conforme avance la historia, o hasta que Magnus lo sepa 💔

Caecus amor (Malec)Where stories live. Discover now