21. Llamada

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Alec había estado en silencio toda la tarde.

Después de ir a correr, habían regresado al loft de Magnus. Habían almorzado juntos y Magnus le había pedido ayuda más tarde con unas pociones. Alec tuvo menos miedo ahora, reconociendo la magia de Magnus, sintiéndose más seguro, confiado en que Magnus nunca lo lastimaría...

Y eso sólo lo hacía peor. La culpa lo estaba matando y todavía no había pasado ni una semana, ¿cómo iba a aguantar otras tres?

No iba a resistir si Magnus seguía siendo tan bueno, si realmente lo ayudaba, él esperaba una ayuda, claro, pero en realidad iba a ser contra su voluntad, Magnus no iba a saber que lo estaba ayudando con su magia, no hasta el final. Y si Magnus lo ayudaba, como nadie nunca lo hizo, como él no esperaba que fuera posible, ¿cómo iba a pedirle perdón después de eso?

Alec quería enojarse. Con Jace. Con el demonio. Con Izzy por convencerlo de hacer esto. Y con Magnus por ser así. ¿Por qué tenía que hacerlo sentir bien?

Alec estaba en uno de los sofás de Magnus, tenía sus rodillas abrazadas y una expresión de tristeza total, cuando su celular sonó. Debía ser Izzy, nadie más le llamaba.

-¿Hola? -Alec susurró, incluso cuando Magnus había salido a verse con un cliente.

-Alec -Izzy sonaba nerviosa y eso era raro-, Alec pasó algo...

Un maullido hizo que Alec saltara en su lugar. Se sentía como un delincuente, escondiendo cosas y tratando de que Magnus no lo descubriera.

Pero era sólo Presidente. Magnus no había llegado aún.

Volvió a llevarse el móvil a la oreja. Izzy seguía hablando. -...es sobre Jace. No puedo decírtelo así y no puedo ir al loft de Magnus, el fin de semana te cuento.

-¡No! ¡Espera!

¡Ella no podía sólo decir eso y esperar que Alec estuviera tranquilo!

-Alec, ya es arriesgado que te esté llamando. Espera al sábado y hablamos. ¿Cómo vas con el Gran Brujo de Brooklyn? ¿Sospecha algo?

Alec sentía la mirada del gato. No pudo evitar gruñir un poco. A Presidente, a Izzy, a toda esta situación...

-Todo va bien. Magnus es muy...bueno, es comprensivo, me está tratando de ayudar de verdad...

Hubo un silencio incómodo después de eso.

-...y no sospecha nada.

-Alec -la voz de Izzy ahora era suave, ya no sólo un susurro, era suave como queriendo tranquilizar a un niño-. Me alegra que el brujo sea bueno, pero recuerda la razón por la que estás ahí. No te encariñes de él, después de tener lo que buscamos, tú regresarás a casa y el brujo no querrá saber más de ti...

Alec sintió una lágrima resbalar por su mejilla. ¿Por qué se sentía tan mal pensar en esa posibilidad?

Se la limpió rápidamente cuando escuchó la puerta abrirse. Colgó sin decirle nada más a su hermana, tampoco es que pudiera hablar con el nudo en la garganta que sentía justo ahora.

-¿Alexander?

-Magnus -intentó sonreír.

-¿Hablando a escondidas? -Magnus sonaba divertido, para nada sospechando una traición-. ¿Alguna novia secreta?

Alec no pudo evitar reírse, habló en voz alta sin darse cuenta: -¿Quién se fijaría en mí?

Magnus frunció el ceño, aunque Alec no lo veía, se sentó a su lado, buscando aquellos ojos azules. -Espero que fuera una mala broma, Alexander. Tú eres hermoso, valioso, inteligente, y valiente. Muy valiente para todo lo que has tenido que enfrentar y estar ahora aquí. Cualquier sería afortunado de quererte.

Alec tuvo que morder su lengua para no preguntar "¿Lo harías tú?".




CONTINUARÁ...

Caecus amor (Malec)Where stories live. Discover now