Caecus amor (Malec)

2. Alexander Lightwood

-¿Por qué debería arreglarme? -pregunta Magnus de mala gana, desde el sofá donde esta echado con Presidente acomodado en su estómago mientras él lo acaricia-. Además -le da una sonrisa maliciosa a Catarina-, este cazador en particular no va a apreciar esta belleza.

Magnus rió ante la cara de Catarina, Presidente huyó molesto por el movimiento y el escándalo.

-¡Magnus, no seas grosero! Tú no eres así. Imagina lo que ha tenido que sufrir este chico, sabes que a los cazadores de sombras no les gusta lo diferente...

-Lo sé -susurró Magnus demasiado bajo, su mirada oscurecida llena de rencor y tristeza. Después sonrió de lado. Por supuesto que él sabía lo que era ser diferente para los cazadores y sus consecuencias para nada agradables.

-...seguramente incluso los suyos lo tratan mal. No sabes nada del chico. Al menos escucha lo que tenga que decirte.

-Bieeen -Magnus se puso de pie cuando el timbre sonó. Miró a Catarina con una sonrisa arrogante y, con un chasquido, estaba listo-. Veamos si logra convencerme tu inocente y pobre cazador.

Catarina puso los ojos en blanco. Ella ni siquiera conocía al chico, pero todos habían escuchado hablar de Alexander Lightwood.

Magnus abrió la puerta, su sonrisa se deslizó lentamente cuando vio al par de cazadores frente a él. Tan parecidos y, a la vez, tan diferentes. Ella con un pequeño vestido negro y altos tacones, le sostuvo la mirada. Mientras el chico, con su cabello oscuro y revuelto, piel pálida, un suéter viejo y desteñido, inclinó su cabeza cuando escuchó la puerta abrirse, pareció mirar directamente a donde él estaba, incluso bajo las gafas, Magnus supo que sus ojos eran azules.

Un escalofrío recorrió su columna.

-Isabelle Lightwood -la chica soltó al que debía ser su hermano y extendió su mano-, usted debe ser el Gran Brujo de Brooklyn.

Magnus recuperó su sonrisa mientras se inclinaba a besar su mano. -Simplemente Magnus.

Ella también sonrió. -Un gusto Magnus. Este es Alec, mi hermano.

* * *

-Alexander -el brujo casi ronroneó su nombre. Alec cerró fuerte sus ojos, frunció sus labios, e hizo hasta lo imposible por no encogerse en su lugar. Un escalofrío recorrió su cuerpo ante su voz y la insistente mirada que sentía del hombre.

-Alec -respondió él, lo más firme que pudo.

-Cat me dijo que era Alexander.

-Él prefiere Alec -intervino Izzy, jalando a Alec cuando Magnus se hizo a un lado.

-Me gusta Alexander -dijo Magnus-. Entonces, cazador, ¿qué te trae por acá? ¿por qué debería tomarte...como mi aprendiz?

Alec alzó su rostro hacia la voz arrogante del hombre, tuvo que morder su lengua para no responder como quería. ¿Quién se creía este brujo? -Creo que ha sido un error. Gracias por su tiempo.

Pero escuchó a Izzy sentarse en lo que seguro era un sofá y dirigirse a una voz femenina. Mientras sentía una mano cálida en su brazo. -¿Llegar hasta acá para nada, Alexander? Al menos dime tus razones.

Alec mordió con más fuerza.

No puedo decirte mis razones o me echarías a golpes o terminarías lo que el demonio comenzó.

CONTINUARÁ...

Qué tal va esto?