XXVIII. No lo permitas (2/3 maratón)

Comenzar desde el principio
                                    

Visualicé su vehículo aparcado unas zancadas más adelante de nosotros y me relajé cuando llegamos hasta él, aún sabiendo que era enfado lo que me esperaba por parte de Louis.

No permitió que entráramos al coche, nos detuvo justo delante del capó y cogió mi cintura para mantenerme cerca de él.

- ¿¡Qué has hecho!? -Pidió explicaciones, prácticamente a voces, y suspiré.

- Supongo que quedarme a gusto.

- ¿¡Pero qué te pasa, Alice!? ¿A qué ha venido eso?

Arrugué la frente.

- Oye, ella también se ha dirigido a mí de una forma bastante clara -protesté.

- ¿Vas a compararme un comentario con otro? -Abrió sus ojos con exageración, como si no entendiera nada de lo que estaba sucediendo.

- ¿Qué pasa, que llevaba razón? ¿Te parezco demasiado cortada para gustarte?

- ¿Pero quién ha dicho eso? ¿¡Qué te pasa!? -Clamó, completamente nervioso.

Me cubrí la cara con las manos y mi voz sonó amortiguada cuando traté de hablar de nuevo.

- Lo siento, llevo muy mal día.

Cogió mis manos y descubrió mi rostro. Lo miré avergonzada y suavizó su expresión.

- Voy a hacer que mejore, ¿vale?

- Por favor.

Sus ojos se movieron de su izquierda a su derecha y viceversa y se inclinó hacia mí cuando comprobó que no había nadie a nuestro alrededor. Me besó durante un par de minutos, olvidándose ya de si alguien podía estar observándonos.

- No tenías que haber entrado al trapo -dijo, cuando nos separamos, acariciando mi cara-. Tú sabes a quién prefiero.

Sonreí ampliamente, siendo muy consciente de a quién prefería.

[Punto de Vista Niall]

Chloe y yo abandonamos la fiesta sin avisar a nadie de nuestra ausencia, que con toda probabilidad se mantendría durante el resto de noche. Ambos sabíamos hacia donde nos encaminábamos y por eso mismo el trayecto hasta su casa lo realizamos en completo silencio. No pude evitar pensar de cuántas maneras diferentes podría haber acabado aquello y me mordí el puño derecho por pura rabia, sabiendo que sólo iba a concluir, finalmente, de una. Con nosotros separados.

Subimos a su casa abatidos, soportando todo el agotamiento que llevábamos cargando varios meses a nuestras espaldas. Una voz en mi interior me advertía constantemente de que llevaba varias semanas sabiendo que todo lo nuestro estaba llegando a su fin y me reproché a mí mismo no haber sido capaz de acabar con ello antes de hacernos todo el daño que nos habíamos hecho.

Caminamos hasta su sofá y dejé que se sentara en él, mientras que yo permanecí de pie, mirando a la nada. Quería acabar con eso cuanto antes y marcharme de allí para no volver.

- Tú dirás -la di el paso que sabía que necesitaba para comenzar y escuché como tomaba aire.

- Los dos sabemos qué quiero decirte -sollozó.

- Sí -asentí-. Esto se ha acabado -me adelanté a sus palabras, incapaz de contenerlo más tiempo dentro-. Eso es lo que quieres decirme, ¿no? -Pregunté, cortante.

- No quiero que esto acabe porque te quiero, pero soy incapaz de estar contigo -gimoteó. Clavé mi mirada en ella para descubrirla llorando con fuerza-. Niall, te quiero muchísimo, pero es que... no sé por qué no puedo confiar en ti.

More than this | Fan-fic de Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora