VII. Dime si quieres que me quede

14.7K 578 61
                                    

Lunes 3 de marzo de 2014

Alice

Mi cita del domingo con Chloe había quedado pospuesta. Un par de horas antes de la hora concertada para vernos, me escribió explicándome que no iba a ser posible. No quedaba nada del ánimo con el que me había recibido el día anterior, por lo que preferí no insistir, ni entrometerme demasiado, y le aseguré que estaba disponible para cuando ella quisiera.

Esa misma tarde de lunes, sólo un día después, prometió invitarme a ese café que me debía en una cafetería en pleno centro de Londres. Agradecí que todos los planes, de pronto, estuvieran en concordancia, pues aquel día había amanecido con la decidida intención de buscar trabajo. La compañía de Chloe, una persona que conocía bien la ciudad, me vendría de maravilla.

- ¡Hola! -Me saludó cariñosamente, con un tímido abrazo, y la correspondí de inmediato.

Pese a nuestro inicial encontronazo, su compañía era agradable. Caminamos enfrascadas en una interesante conversación sobre el tráfico de la ciudad, hasta que llegamos a la aclamada cafetería Monmouth, una de sus favoritas, según me confirmó.

Nos sentamos en una mesa algo apartada del resto y medité durante unos segundos cómo iniciar la conversación que me ofreciera esas respuestas que necesitaba.

Al final, no hizo falta pensar demasiado.

- Venga, cuéntame. ¿Qué tal con Tomlinson? -Susurró, inclinándose ligeramente en la mesa para conceder más confidencia al momento. Mis ojos repasaron el lugar donde nos encontrábamos-. Por cierto, de nada por hacer que os fuerais sin que nadie sospechara -guiñó un ojo y reí.

- Gracias, sí -admití.

Hubiera resultado más difícil de no contar con su ayuda.

- No te hagas la remolona, ¡cuéntame! Ahora somos amigas y estos temas deben ser primer punto del día, siempre y sin excepción.

- Vale, vale -reí, cediendo.

No quería decir demasiado; más bien quería escuchar lo que ella tenía que decirme. Desvelar cómo me sentía con Louis era imposible pues se trataba casi de un Secreto de Estado, pero imaginé que para obtener sus palabras, primero tenía que darle paso.

- Bien -acepté, sin demasiada dificultad-. Quiero decir... -Carraspeé, algo avergonzada-. Nos acostamos, simplemente. Me trata bien.

- De eso quería asegurarme -comentó, con cierta seriedad.

Respiré intranquila. ¿No acostumbraba a tratar bien a las chicas?

- ¿A qué te refieres? -Pregunté, casi asustada-. ¿Creías que iba a tratarme mal?

Provoqué una carcajada en ella.

- No, tonta. Louis es un amor -enarqué una ceja sin comprender a qué se refería-. Quería asegurarme de que tenías claro qué había entre vosotros -explicó, despacio-. El señorito Tomlinson acostumbra a no dejarlo siempre hablado y ya ha roto algún que otro corazón.

Asentí, comprendiéndolo de inmediato.

- Así que va por ahí...

- Conquistando chicas, sí -completó mis palabras-. Ya te lo dije la otra noche, no le van las relaciones, ni serias, ni casi serias, ni medio-serias. Nada. Más de una vez he intentado preguntarle por qué pero siempre bromea diciendo que él es un espíritu libre. Obviamente, ese no es el motivo.

- Claro.

- Él sabrá. Tú disfruta de él, Alice, pero no te pilles. Hazme caso.

Levanté las manos, librándome de toda culpa.

More than this | Fan-fic de Louis TomlinsonWhere stories live. Discover now