XXVII. Confía en mí (1/3 maratón)

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Jueves 27 de marzo de 2014

[Punto de Vista Alice]

Le pedí a mi prima unos minutos en silencio para poder tranquilizarme por completo y ordenar mis pensamientos antes de comenzar a relatarle todo lo que había sucedido en los últimos días. No me permitió tener ese silencio hasta que no la aseguré con sinceridad en la mirada y en la voz que ya me encontraba mucho mejor, entonces aplacó el deseo de saber qué era lo que había pasado durante todo el trayecto hasta mi casa y me concedió ese rato de paz que le había solicitado.

Pero lanzó su acometida en cuanto puse el primer pie en mi apartamento. Cogió mi mano, nos condujo a las dos hasta el sofá y me miró con seriedad.

- Dime por favor que Louis no tiene nada que ver con todo esto.

Negué con la cabeza.

- No, no es eso.

- ¿Seguro?

- Seguro -afirmé, algo molesta por su desconfianza-. Se trata del trabajo.

Abrió sus preciosos ojos azules con exageración.

- ¿La librería? ¿Qué ha pasado? Si estabas contenta con ese trabajo, ¿no?

- Sí, sí, y estoy muy contenta -aclaré, aunque quizá ese sentimiento cambiaría a partir de ese mismo día. Inhalé aire y no comencé hasta no cerciorarme de que estaba verdaderamente calmada como para rememorar lo sucedido-. ¿Te acuerdas de que te he hablado varias veces de mi jefe, Thomas?

- Sí.

- Tiene dos hijas, la mayor, Katherine, y la pequeña, Sarah -tragué saliva. Ahí empezaba lo complicado-. Katherine lleva casada unos cinco años con un hombre que se llama Benedict. A simple vista parece el marido que todas desearíamos...

- ¿Pero? -Me cortó, adivinando que había algún fallo.

- Pero ayer me besó.

- ¿¡QUÉ!? -Lanzó un grito tan estridente que me vi obligada a cubrirme los oídos-. ¿¡Pero por qué siempre estás metiéndote en líos!?

- ¡Yo no hice nada! Es cierto que me parecía muy atractivo -me percaté de que había empleado un tiempo pasado, y no presente, y comprendí que se había perdido toda la atracción que sentía por él-, pero te juro que no he hecho nada. Bueno, puede que a veces coqueteara un poco, pero...

- ¿¡A veces!? ¿¡Un poco!? Ay, Alice, un día de estos vas a acabar mal. ¡Es un hombre casado!

- ¡Lo sé, lo sé! Si no quiero nada con él, me gustaba tener su atención, nada más -admití, algo avergonzada-. Pero no quiero nada con él.

- Aléjate de él, por favor -dijo, con preocupación.

- No quiero nada con él -repetí-. Y deberías darle las gracias a Louis por ello -no estuve muy convencida de haber despertado algo de alivio en ella con mi última frase pero me despreocupé por ello-. Además, eso no es lo importante.

- ¿No es importante que el marido de la hija de tu jefe te haya besado? ¿Y qué es lo importante entonces?

- Que no he sido la única -contesté, al instante-. Hoy he ido a buscar comida y cuando he vuelto... -Agaché la cabeza y suspiré, con la imagen de ambos besándose clavada en mi retina-. Eran Benedict y Sarah, su cuñada, los que estaban besándose.

Perrie se inclinó hacia mí, con la expresión de sorpresa más grande que había visto nunca. Asentí, sin saber qué más añadir, y volví a sentirme tan estúpida como me había sentido al descubrirles juntos.

More than this | Fan-fic de Louis TomlinsonWhere stories live. Discover now