Capítulo 32

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Las campanas de la puerta de la cafetería repiquetearon indicando que un nuevo cliente había llegado. No desvié la mirada hasta que carraspeó y finalmente decidí hacerlo. Simon Cowell fijó sus pupilas en las mías. Reflejaba preocupación y lamento, compadeciéndose de mi actual situación.

—¿Quiere algo? —pregunté con total seguridad y actitud profesional.

—No. En realidad no quiero nada, simplemente me gustaría charlar un rato conmigo.

—Está bien —admití finalmente.

Practicamente la cafetería estaba vacía, a si que nos sentamos en la primera mesa que vimos.

—¿Has oído alguna vez eso de: "Modest is watching"? —preguntó con una ligera sonrisa para romper el hielo.

—No, creo que no —respondí con un punto de confusión en mi rostro.

—No se como lo hacen... pero Modest se entera de todo —hizo una pausa un poco larga —. Se que ayer te viste con Niall...

—¿Cómo? —le interrumpí confundida.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, desde la nuca hasta las puntas de los pies. Era una sensación alarmante. En seguida noté como me costaba respirar y me agobiaba. Como si estuviera en un precipicio al borde del abismo, queriendo acabar con mi vida. Era la misma sensación. Tal vez era la adrenalina acumulada.

—...pero ellos no lo saben.

Y fue como si acabara de saltar.  Toda la adrenalina liberada. Libertad. Ni presión ni agobio.

Me llevé las manos a la cara y di un suspiro. Por un momento sentí como mi corazón salía del pecho, presa del pánico.

—Sarah me lo dijo.

Respiré hondo de nuevo. Era demasiada información de golpe. Entendía porqué esto no era bueno. No quería imaginarme lo que pasaría si nos viesen juntos a Niall y a mí. Por eso teníamos que separarnos. Cometí un error al besarme con él ayer. Había vuelto a caer en la droga.

Decido.

No iba a dirigirle la palabra.

Sin él me encontraba mal, no era la misma yo de siempre. Niall sabía sacar lo mejor de mí. Pero tal vez necesitaba dejar todo aquello atrás. Pensaba que tenía todo asumido pero acababa de comprobar que no. En cuanto volvía a verle, caía de nuevo. La mejor solución era la distancia. Volver a empezar... de nuevo.

—Tengo que olvidarle, Simon...

—Inténtalo.

—No es tan fácil, y lo sabes.

—Para que le olvides totalmente, primero tiene que hacerlo tu corazón, y luego tu mente. Así te será mucho más fácil.

Cerré los ojos un momento y cuando volví a abrirlos, Simon había desaparecido.

Durante todo el día estuve repitiédome aquella frase: «Primero con el corazón y luego con la mente» Puede qué si, de alguna forma, dejara de quererle, mi mente le olvidaría y sería todo muchisímo más fácil. ¿Pero cómo iba a dejar de amarle así cómo así? Desde luego, no era tarea de noche a la mañana. Posiblemente, si dejaba de darle vueltas al tema, sería más simple todo.

Mi móvil comenzó a vibrar. El nombre de «Niall» estaba escrito en la pantalla. Colgué la llamada sintiendo un dolor en el estómago, cómo si de una patada se tratara.

—¿Qué te pasa? —intervinió la dulce voz de Marina.

—Simplemente estoy intentando olvidar a Niall.

Escondidos → Niall Horan || (sin editar)Where stories live. Discover now