Capítulo 8

3.4K 202 2
                                    

Niall parecía preocupado y nervioso, cómo si tuviese que decirme algo importante. Miré a Marina, que seguía sentada en uno de los butacones granates.

—Dentro de un rato vuelvo y así podéis hablar tranquilamente —se levantó y me miró deseándome suerte.

Niall y yo observamos cómo se iba y cerraba la transparente puerta de la cafetería. 

—Verás... Emmmm... —tartamudeaba nervioso Niall, mientras yo le miraba algo confundida— Yo tengo que decirte algo.
—¿Y bien? ¿Qué me quieres decir? —dije.
—Verás... Es que... —no tenía ni idea de lo que me quería decir, pero se le veía bastante nervioso.

Miré el reloj. Eran las nueve y media de la mañana. Era cuestión de minutos que la gente empezara a entrar.
Y así fue. Un par de clientes entraron a la cafetería. Su mirada reflejaba decepción.

—Niall... Me tengo que ir. Si quieres te vienes luego a casa y me lo cuentas —sonreí.
—Vale —dijo ¿triste? pero con una leve  sonrisa en su rostro.

Niall se fue y se despidió de mí con la mano. A los pocos minutos, Marina volvió mientras yo atendía a unos pocos clientes que había en la cafetería.

—Hey —dijo cómo saludo— ¿Que quería decirte Niall? —pronunciaba mientras se colocaba el mandil.
—No lo sé —negaba— Estaba raro.Nervioso. Muy nervioso. Y algo decepcionado —decía mientras me encogía de hombros—
—Entonces sería algo importante —supuso ella.
—A lo mejor. Le he dicho que se pase por mi casa después de cerrar.

Mientras atendía no dejaba de darle vueltas a lo que Niall quería decirme. Un montón de cosas se pasaban por mi mente, aunque creía que nada de lo que pensaba podía ser. ¿Pero por qué estaba tan nervioso? ¿Tan triste? ¿Decepcionado? Era algo que solo él podia decirme y estaba segura de que por mí misma no podría adivinarlo. Un cliente me sacó de mis pensamientos.
—¿Me pones un frapuccino, por favor? —dijo una dulce y femenina voz.
—Ahora mismo —dije yo.

Al girarme pude apreciar el rostro de una chica joven, de mi edad, guapa, de piel morena clara y pelo negro. Ha esa chica la conocía yo. Más que nada, porque había sido mi mejor amiga desde los dos años hasta los catorce, que fue cuando se mudó a Londres con su padre. Sarah, siempre fue una chica de familia adinerada, pero nunca llegó a ser la típica niña rica de papá. Ni mucho menos, mi familia había tenido el cuarto del dinero que tenía su padre, pero nos conocimos en la urbanización donde vivíamos y al año siguiente coincidimos en el colegio. Por cuestiones del trabajo de su padre, a los catorce años se mudaron a Londres. Permanecimos en contacto durante un tiempo, pero después, como pasa siempre, tomamos caminos diferentes y dejamos de tener contacto. Cuando le traje el frapuccino a la mesa ella me miró como si le sonara de algo. Tardo pocos segundos en reaccionar.

—¡Elena! —exclamó poniéndose de pie.
—¡Sarah! ¿Qué tal todo por aquí? ¡Cuánto tiempo!
—Muy bien —respondía ella— Mi padre y yo llegamos ayer de vacaciones y nos va muy bien. ¿Qué haces por aquí? —decía ella algo extrañada.
—Me he mudado aquí. Pasaré todo el verano en Londres y después veré si sigo estudiando aquí —sonreí.
—¿Te apetece si quedamos después de que cierres? Tenemos muchas cosas que contarnos —pensé en que después Niall vendría a casa a hablar conmigo.
—Está tarde me será un poco complicado. Tengo cosas importantes que hacer. ¿Quedamos mañana?
—Muy bien —sonrió.
—Voy a seguir con el trabajo, mañana quedamos —la sonreí cómo modo de despedida y continué atendiendo.

(*)

Eran las cinco y media y los nervios se apoderaban de mi cuerpo. No paraba de pensar en lo que Niall tenía que decirme.
—Vete —dijo Marina.
—¿Qué?
—Que te vayas a casa. Vas a explotar de los nervios. Arregla un poco la casa y relájate.
—¿En serio? ¿No te importa?
—Para nada, enserio. Vete —dijo con una sonrisa.
—Gracias —dije mostrando mis dientes.  —Corre, vete.

Dejé el mandil en la barra y salí por la puerta, no sin antes despedirme de Marina.

Cogí el autobús y me dirigí a casa. Tenía ganas de que Niall llegara. Tenía miedo por lo que quería decirme Niall. No sé si podía ser bueno o malo. Solo quería que me lo dijera cuanto antes. 
Entré en mi acogedor apartamento. Me di un paseo por la casa para comprobar que estaba todo colocado y decente para que alguien entrase. Así era. Me senté en mi cama y me puse a tocar la guitarra. Era una de las pocas cosas que conseguía relajarme. Me puse a tocar la guitarra. Empezé a tocar unos acordes cuándo me quedé totalmente dormida.

Escuché el timbré sonar un par de veces. Me desperté rápidamente, desconcertada. Fui corriendo por no hacer esperar más a Niall. Abrìa la puerta encontrándome a un Niall Horan con una sonrisa y con las mejillas teñidas de rojo.

—Hey. Hola Niall —le saludé dulcemente.
—Hola Elena —dijo él.
—Pasa —le ofrecí.

Pasó al apartamento y le llevé a mi habitación. Pude ver como observaba de arriba a abajo mi habitación.

—Muy bonita. Se parece a tí —bromeó.
—¿Cómo? —reí.
—Los libros, las fotos, la música... eres tú.
—Gracias —reí— Y bueno, ¿de qué querías hablarme?
—Pues... la verdad... yo quería.... —dijo nervioso.
—Niall, tranquilo. Dime lo que quieres.
—Es que es un poco complicado.

Se paró en seco y dio un largo respiro.

—Te quiero, Elena.

---------------------------------

HOLIS^^ OMG OMG OMG OMG AY AY AY AY AY QUE SE LO HA DICHO. Que adorables, ¿no os parece? :-) Se que ha sido algo corto y aburrido, pero os prometo que el siguiente será mucho mejor ;-)

COMENTAD, VOTAD Y SED FELICES
ILY<3

Escondidos → Niall Horan || (sin editar)Where stories live. Discover now