Escondidos → Niall Horan || (sin editar)

Capítulo 1

Coloqué un par de libros en la estantería y me paré ha observar por la pequeña ventana. No tenía las mejores vistas del mundo, pues se reducían a una pequeña calle sin mucho movimiento. Pese a eso, estaba muy feliz. Por fin había conseguido ser libre. Escapar de lo que me rodeaba. Irme de España. Tener mi propia vida. Vale. Vivía en un apartamento de 100 metros cuadrados, y las vistas no eran lo mejor del mundo, pero ¿y qué? Era lo que deseaba desde hace mucho tiempo. No tenia ni idea de cuanto me quedaría en Londrés, pero de momento disfrutaría de mi verano aquí y mejoraría mi inglés y pronunciación británica. 

Terminé de recoger algunas cosas más y me fui a dormir. Estaba muy cansada. Había llegado a Londres hace un par de horas y  había tenido que ir a apartamento y colocar todo. Mañana iria al buscar un trabajo. Por suerte, el apartamento no costaba mucho, y con algo simple me bastaría. Me levanté de la cama y cogí mi guitarra. Me encantaba tocarla. Desde los 8 años lo hacia. Me apasionaba hacerlo. Cuando tocaba la guitarra me sentía protegida. Era ella, una de las pocas cosas que me hacían sentirme bien cuando estaba triste. Por ese simple hecho, la amaba tanto. La musica era mi pequeño refugio. Me puse a tocar un par de acordes y sin darme cuenta, me había sumergido en los brazos de Morfeo.

Mi despertador sonó a las nueve y media de la mañana. Entre vaguez y cansancio conseguí vestirme, desayunar y recoger un poco lo que quedaba por casa. Cogí el autobús y me dirigí hacia el centro de Londres. No me fijé mucho en el lo que me rodeaba, pues para visitar la ciudad le dedicaría otro día. Fui mirando pequeñas cafeterías, tiendas de ropa, supermercados… pero no había mucha suerte, que se dijera. Nadie necesitaba una camarera o cajera. Me sorprendí un poco, pues siempre pensé que mi currículum era bueno a pesar de mi corta edad. Al final, cansada de recorrer las infinitas calles de Londres, decidicí por entrar en una cafetería que me llamaba algo la antención: Radford Bowles.
Era muy bonita. La decoración era preciosa. Modo vintage y años 60s. Tapicería granate y mesas redondas al más estilo americano. Me senté en la barra y pedí un café. Sin querer me salió en español y a la camarera se le abrieron los ojos como platos.

—¿Eres española? —dijo con una gran sonrisa en castellano.
—¡Sí! —dije alegre— Soy de Madrid y ¿tú?
—Yo soy de Barcelona. ¿Con qué estás buscando un trabajo, eh?
—Sí, ahora mismo me viene bien cualquier cosilla. El alquiler del apartamento es muy barato. Solo tengo que pagar 200 libras al mes, a si que con cualquier trabajo me apaño.
—Estamos buscando a una camarera para los viernes y los fines de semana. Al mes cobramos 450 libras. No se si te interesaría el puesto. 
—Me encantaría. Es lo que busco. Muchísimas gracias. —Dije con una gran sonrisa— Tengo aquí mismo el currículum. Si quieres te lo doy ahora mismo —dije mientras lo sacaba del bolso y se lo entregaba.
—Perfecto. —dijo ella mientras sonreía— Tenemos a más gente en la cola, pero si te cogemos te llamaremos. Por cierto, ¿te llamas...?
—Elena, me llamo Elena.
—Yo soy Marina. Encantada —dijo entusiasmada.

Me fui del establecimiento feliz, sabiendo que mi nueva vida empezaba a cobrar algo de sentido.