Una canción a piano. [Bills x Tn vs Wiss x Tn]

Capítulo 50.

Bills.

–Me temo... Lord Bills... –comenzó ha hablar mi vida vinculada con notable miedo y gran pesar. –Que no podré hacer nada por ella esta vez.

–Es una broma, ¿¡no!? –vociferé nada más acabar de escuchar sus palabras.

Simplemente no podía más, aquella situación me superaba, y con creces, me hacía sentir tan acorralado... Tan molesto, tan irritado, tan... Tan perdido...

No sabía que hacer para que ___ despertara de una vez por todas... Habían pasado dos semanas desde lo sucedido y cada vez necesitaba con más desesperación volver a ver su hermosa sonrisa, escuchar su delicada voz, sentir sus bellos ojos sobre mí, oír su fantástica música, saborear sus delicados labios...

Estaba asustado, terriblemente asustado, asustado de no volver a verla, asustado de que sus ojos ya no volvieran a abrirse...

Es algo que no creo ser capaz de reconocer frente a nadie por orgullo pero también es algo que ya no puedo negar, no sé que haría sin ella...

–Ya... Ya le dije que no se trata de ninguna broma, no hay nada que pueda hacer... –volvió a hablar el dios de la creación con el mismo tono de voz lleno de preocupación y temor.

Con paso firme caminé en su dirección sintiendo como, poco a poco, la ira, me consumía con cada vez más fuerza, no iba a perderla, no permitiría que eso sucediera por ninguna razón, haría todo, absolutamente todo, lo que fuera necesario para evitarlo.

Golpeé la pared con el puño derecho completamente enfurecido haciendo que esta se agrietara por la descomunal cantidad de fuerza ejercida, estoy seguro de que si esta fuera una pared normal se hubiera desvanecido por completo, menos mal que este castillo está hecho a prueba de balas.

–¡Algo se podrá hacer! –espeté escupiendo las palabras con molestia intimidado así cada vez más a Shin, quien se encontraba en el espacio entre la pared y mi cuerpo.

–Se... Señor Bills... –comenzó hablar notablemente asustado intentando tartamudear lo menos posible. –He intentado... Curarla yo mismo... Pero me es imposible... Ni siquiera las esferas del dragón de la tierra son capaces de hacer nada para que ___ pueda recuperar su mano... Shenlong dice que no puede hacer nada en contra de las elecciones de un dios de la destrucción... –añadió con un tono de voz que daba a entender que se encontraba tan abatido por la situación como yo.

Un bufido lleno de fastidio escapó de mis labios a medida que me alejaba cada vez más de mi vida vinculada en un intento algo banal por mi parte de tranquilizarme aunque fuese solo un poco, lo último que me faltaba en ese momento era acabar lastimándolo en un ataque de ira momentáneo y, por ende, lastimándome a mí también.

Dejé caer mi cuerpo pesadamente sobre uno de los sofás que decoran mi gigantesco salón, sinceramente no sabía qué era lo que se suponía que debía hacer a continuación, estaba realmente perdido y con serias dudas de poder llegar a encontrarme en algún momento...

–¿Señor... Bills...? –escuché entonces decir tímidamente al Kaio-shin de mi universo. –¿Puedo hacerle... Una pregunta? Tal vez sea algo personal pero...

–Adelante –hablé rápidamente interrumpiéndole sin siquiera mirarle a la cara o mostrarle algún tipo de interés ya que mi cabeza estaba demasiado llena de cosas como para hacerlo.

–¿Por qué... De repente... Le importa tanto ___? –preguntó entonces con un tono de voz lleno de duda e inseguridad.